Muy intenso lunes pero sin caos ni tintes negros. No hubo desplome de los mercados porque no hay claridad de lo que va a suceder (ver en Hechos de Hoy, Tsipras ganó el plebiscito contra la Troika pero no se hizo con el corazón de Europa).

En las Bolsas de Europa, el Ftse MIB italiano fue el más castigado de los índices europeos con descenso del 4,03%, hasta 21.601 puntos. El IBEX 35 cerró en rojo, en -2,22% y 10.540,1 puntos; el bono a 10 años en 2,36% y la prima de riesgo en 158.

Al conocerse en la tarde noche del domingo el vuelco en Grecia en el referéndum, a favor del No, se produjo una gran preocupación en las capitales de la Unión Europea. Este ambiente se mantiene con preocupación añadida sobre Grecia, el peligro de crisis social en el país, y el riesgo de choque geopolítico si Alexis Tsipras mantiene un canal abierto en esta crisis con Vladimir Putin.

En estos momentos la posición inicial compartida en la Zona euro es la de no admitir una quita en la deuda de Grecia. Pero, a la vez, la de escuchar a Alexis Tsipras en la cumbre extraordinaria convocada este martes en Bruselas.

La complejidad de los desafíos ha aconsejado finalmente tener una reflexión conjunta, escuchar con atención a Alexis Tsipras, y celebrar un encuentro del Eurogrupo y un Consejo Europeo. El escenario se dirige a un posible acuerdo o desacuerdo. Nada está cerrado pero tampoco nada está abierto.

En Alemania, la democristiana Angela Merkel mantiene nervios de acero en un momento importante para la Unión Europea. Apuesta por reformas para crecer. Su socio de coalición, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, es quien en este nuevo capítulo de la saga griega mantiene una postura más pesimista. En la tarde del domingo advirtió al diario Der Tagesspiegel que el referéndum había roto “los últimos puentes”.

¿Por qué ha dimitido Yanis Varoufakis?. Era el enemigo número uno de Wolfgang Schäuble. Muchos expertos apuntan a que fue el pacto y la estrategia que selló con Alexis Tsipras. Y que ahora volverá a su escenario natural, la de conferencias con un caché de 25.000 euros.

En este escenario que es el de desolación, el que muestra un bosque humeante tras arder, la Comisión Europea de Jean-Claude-Juncker quiere volver a mediar. Pero necesita la luz verde del Eurogrupo donde la serenidad y aplomo de Luis de Guindos -con el éxito de las reformas en España- crece. Para el actual presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, desapareció al menos el controvertido Yanis Varoufakis. Le sucede un marxista tranquilo, Euclides Tsakalotos. El balance de este lunes es de serenidad en la convulsión. De remangarse para buscar un acuerdo y en el posible desacuerdo evitar, al menos. la pelea barriobajera.

Mario Draghi, al timón del Banco Central Europeo, observa y medita. Pide la lectura correcta.  La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, tachada de "terrorista internacional" por Yanis Varoufakis, extiende la mano.

En Atenas, el corralito permanece. La Bolsa sigue cerrada. Lo que les sucede a los griegos importa en la Unión Europea. Es la cuestión central de un culebrón en la Zona euro que nunca debió desbordarse.