Esta vez sí se ha escrito el último capítulo en la agitada historia del Partido Popular de Madrid, un cúmulo de tensiones que comenzó con la feroz rivalidad de Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, y se cierra con la caída con estrépito, y dolor, de Cristina Cifuentes.
Este viernes 27, la expresidenta le comunicó su decisión a María Dolores de Cospedal. Renunció a presidir el Partido Popular de Madrid y seguir en la primera línea. Le deja manos libres a Mariano Rajoy para una reconstrucción a fondo del partido y la formación de nuevos liderazgos y candidatos. Una tarea que el presidente del Partido Popular considera prioritaria. Todo apunta por tanto a la formación de una gestora.El futuro definitivamente del partido no pasará por Ángel Garrido.
"Se trata de una decisión muy dolorosa para mí, porque llevo militando en este partido mucho más de la mitad de mi vida, dando siempre lo mejor de mí y luchando por principios y valores que creo son buenos para Madrid y, sobre todo, para España", anunció Cristina Cifuentes en una carta que culmina y cierra días muy amargos para ella.
La expresidenta tomó su decisión tras las opiniones de María Dolores de Cospedal en la cadena COPE y de Rafael Hernando en el canal 24 horas de Televisión Española. Rafael Hernando, con su estilo que para algunos es destemplado, la situó ante el escenario nás drástico. "No está en condiciones de seguir al frente del partido en la Comunidad de Madrid", avanzó Rafael Hernando señalando incluso que "debería ir dejando su presencia en la política".
Muy posiblemente Cristina Cifuentes renunciará a corto plazo a su escaño en la Asamblea de Madrid. Le gustaría seguir siendo militante del partido pero sin ninguna ambición ni protagonismo.
Para quienes auguraban una resistencia numantina, nuevo error en un escenario de cuchillos y bulos. Cristina Cifuentes se equivocó. Lo tiene asumido y vive mortificada por el daño recibido como persona. Pero quienes la conocen bien, saben que no es una persona retorcida. Le hubiera gustado haber presidido su último Dos de Mayo. Pero no pudo ser. Sus enemigos la cercaban, como dijo ella, "por tierra, mar y aire". Por tanto, simplemente, capituló.
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