Hemos seleccionado tan solo 50 de las miles de sombras con las que nos cruzabamos muchos días en un sitio un tanto extraño, en las entrañas de la tierra. Registramos fotográficamente, durante unos años, un viaje al interior de las entrañas de una ciudad ávida por crecer y que necesitaba renovarse constantemente.
Cuántas de aquellas sombras seguirán vagando ahora mismo, después de todo este tiempo, buscando una salida. Estoy convencido de que el espíritu de todas ellas siguen estando allí donde se originaron sus sombras. Cada vez que viajo en el metro las sigo viendo. Están en muchos rincones de las estaciones, franqueando los tórculos de entrada, subiendo y bajando por las escaleras mecánicas, pulsando los botones de los ascensores, corriendo exaustas por los pasillos porque llegan tarde a la cita. Las veo sentadas en el vagón leyendo, los menos, la prensa y, los más, los móviles y las tablets.
Cuando me asomo por la ventanilla acierto a verlas proyectadas paralelas a las vías, apoyadas en los muros, repasando las tuercas de las pesadas teselas que un día dejó encastradas a las paredes el enorme paquidermo de la máquina tuneladora. Las sombras siguen y están en cada uno de los metros de los kilómetros de túneles.
Como dice la canción de José Alfredo Jimenez ¿Cuántas luces quedaron prendidas hasta dentro del fondo de mi alma? Son miles de ellas, como miles fueron las sombras que a cada paso sus cuerpos lanzaban al espacio. Cada disparo una sombra, cada sombra un hombre y cada uno con su nombre. No están todas las sombras ni todos sus nombres, pero aquí van 50 de ellas. ¡Todas pintadas en gris! Aquí van las primeras 25.
01 La sombra de Raúl Reyes y la botella están navegando por el mar que han dejado las lluvias.
02 Con Amado Romero Imas coincidí en las obras de varias ampliaciones del metro.
03 Pocas son las mujeres que trabajan en estas condiciones, una de ellas es Valle Tejedor.
04 La tuneladora, una pesada y compleja máquina ha terminado su indispensable labor.
05 La sagrada hora del bocadillo de media mañana. 20 minutos de asueto pactado con la empresa.
06 Se utilizan miles de toneladas de barras de ferralla para hacer los encofrados en las estaciones.
07 El material eléctrico, como las mangueras de cables para el tendido, está por todos los sitios.
08 José Gago repasa, uno a uno, todos los tornillos que se van poniendo a las enormes dovelas.
09 Ríos de columnas se instalan al principio de las obras para asentar los terrenos inestables.
10 Pablo Cuesta se pasa todo el día de un lado a otro con su inseparable carretilla.
11 Las datos bien claros y a la vista. Las tablets no funcionan en esas condiciones atmosféricas.
12 Iván y su amigo Luis están extendiendo el hormigón donde se situarán las vías.
13 David Trullo repasa el techo para que no surjan goteras una vez inauguradas las obras.
14 Las dovelas las coloca sola la tuneladora, pero necesitan ser revisadas una vez instaladas.
15 Cabizbajo andaba aquella mañana Cristian Jiménez por algunos problemas laborales.
16 Acarreando ladrillos de un lado para otro. Así un día tras otro, hasta que termine la obra.
17 Antonio Traid está alicatando una pared, iluminado con una tenue bombilla incandescente.
18 Los andamios no están hechos para gente que tenga problemas con el equilibrio.
19 La ruda mano de Francisco Paredes se apoya en el húmedo y frío muro de hormigón sin pulir.
20 Las barandillas salvaron en otra obra a José Carlos Decimavilla de una fortuita caída al vacío.
21 Nicolás Quiñones es un experto encofrador. Puede estar todo un día trenzando ferralla.
22 La hora de la comida, el material también tiene rato de descanso mientras vuelven ellos.
23 Grandes y costosísimas bobinas de acero para recubrir muchos metros de pavimento.
24 De la noche a la mañana se desata una tormenta y te estropea lo hecho la jornada anterior.
25 Gabriel Gutiérrez es un fino electricista que llegó hace un año desde el otro lado del Atlántico.
Fotos: © FranjaMelero
FranjaMelero está compuesto por Francisco Javier Melero y Juan Carlos Melero. En 1981 se creó el grupo multidisciplinar Franja desde la revista La Luna de Madrid. En el año 2000 comenzó una nueva andadura desde el Centro I+D de la Estampa Digital en la Calcografía Nacional. Desde entonces más de 220 artistas de diversos países han recibido asesoramiento para crear, con las nuevas herramientas informáticas, obra gráfica.
