Por un lado, me da pena que esta baloncestista estadounidense esté pasando un autentico calvario desmedido para el error que cometió. Una persona que no ha hecho daño a nadie no puede pasar 9 años en la cárcel. Algo se está haciendo mal.
Pero también hay que ser conscientes, cuando viajamos a otros países o continentes que tenemos que extremar las precauciones para no infringir “sus leyes”.
Brittney Griner, como otras jugadoras de la WNBA (La NBA femenina), aprovecha los meses de descanso de esta liga para fichar por equipos de otras naciones. Ella lleva varios años fichando por el UMMC Ekaterinburg de Rusia.
En este viaje portaba unas cápsulas para vapear con extracto de hachís, sustancia prohibida en el país lo que la llevó a un juicio que se ha saldado con una pena de 9 años de cárcel por tráfico de sustancias estupefacientes. Y ahí, hay que reconocer, que el error, que repito que me parece con castigo desmedido; es demasiado infantil y evitable si se usa un poco más la cabeza.
La Administración estadounidense está intentando un canje de reos, como ya ha hecho en otras ocasiones. A cambio de Brittney Griner y del exmarine acusado de espionaje Paul Whelan, Rusia recuperaría a Viktor But, apodado el Mercader de la Muerte por ser uno de los más poderosos traficantes de armas del mundo.
Espero que todo se resuelva y que Brittney aprenda su lección. Las drogas, la homosexualidad, las relaciones extramaritales y muchas cosas más tenemos que ponerlas en cuarentena cuando viajamos a sociedades diferentes a las nuestras. Su cultura es la que es y tenemos que respetarla aunque no la compartamos.