Mil veces he dicho que todos valemos el dinero que somos capaces de generar. Por eso, los Cristiano Ronaldo, Messi, Mbappé ganan lo que ganan; porque la gente va al estadio a verlos a ellos y pagan unas entradas bastante caritas. Lo de la equiparación salarial de las chicas jugadoras de fútbol empieza a estar cada vez más justificado.
A mí, seguirá aburriéndome el fútbol femenino, como otras tantas cosas de este mundo. Pero, como no soy el único que vive en este planeta, entiendo que haya gente a la que le guste. Y ese ha sido, para mí, el gran logro de esta Eurocopa. Los estadios se han llenado. La final fue seguida por más de 87.000 aficionados en las gradas de Wembley; 17,4 millones de personas de audiencia televisiva y seis millones online. Está claro que cada vez hay más gente que demanda fútbol femenino.
Felicidades a las autoridades que lo han promovido y a los medios de comunicación que les han dado cobertura y han televisado los partidos, porque están creando una afición que antes no existía. Hace menos de 10 años, a un partido de mujeres sólo iban los familiares y los novios/as de las jugadoras.
Inglaterra se ha coronado en casa con el título de Campeona de Europa frente a la potente selección de Alemania. Tras el empate a 1 del partido en el tiempo reglamentario, la jugadora inglesa Kelly logró dar el triunfo, por primera vez, al combinado británico. Y ya les digo: casi 90.000 espectadores en el estadio. Éxito total. Ese es el camino.
Creo que pronto empezaremos a oír nombres con asiduidad como Alexia Putellas o Megan Rapinoe. Pronto empezarán a subir sus sueldos en una Liga en España que también va ganando adeptos. Quiero felicitar a mi padre, porque hace muchos años empezó a publicar crónicas de los partidos femeninos en Gran Canaria en el diario La Provincia y en dos años pasó de haber cuatro equipos a más de 20. Grande, Sr. Serrano.