La historia se repite en El Cairo pero esta vez el trazo es diferente porque Abdel Fattah al-Sisi rompió con la cofradía de los Hermanos Musulmanes. Bajo la gestión del ministro de Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, y el jefe de los servicios secretos, Mohamed al Tohami, hay conversaciones indirectas entre Israel y las facciones palestinas entre las que están Hamás y Yihad Islámica.
A corto plazo, los objetivos de la apertura de los pasos fronterizos de Gaza con Israel, y el final del bloqueo. Luego, la liberación de presos y los derechos de pesca en la costa de la Franja de Gaza. Y a medio plazo, la cuestión de la federación de Gaza y Cisjordania en un Estado –Palestina– Lo último no es retórica pero las dificultades y los riesgos del momento son inmensos y no se minimizan. En El Cairo las conversaciones exploratorias se han ampliado al enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Robert Serry, y al representante en la zona del Cuarteto mediador (integrado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas), Tony Blair.
En esta nueva etapa que se abre se mira también a Francisco. La diplomacia vaticana ha sido muy activa, observa y mantiene la senda de la oración que el Papa abrió con Mahmud Abas y Simón Peres. En esta nueva guerra de Gaza, Benjamín Netanyahu considera cubierto el objetivo de localizar y destruir 32 túneles ofensivos. Levantar los puentes terrestres es tarea más difícil esta vez por sensibilidades distintas: la visión de Hamás de la Franja de Gaza; las posiciones del llamado Hamás de los despachos (fuera de la Franja), el deseo de influir de Turquía y Catar, y el recelo de Estados Unidos por no haberse seguido las pausas marcada por John Kerry.
El escenario de destrucción en Gaza es total con un dramático balance de 1.867 muertos y 9.500 heridos. Según datos de Naciones Unidas se ha destruido el hogar de 65.000 personas. En el balance de Israel se destaca el éxito de la Cúpula de Hierro, el sistema para neutralizar misiles y cohetes -578 fueron interceptados-. Se asegura que se han destruido 4.762 objetivos militares en una operación muy dura también para Israel con 64 soldados muertos junto a tres civiles.
En el nuevo escenario -como apuntó Hechos de Hoy– los tiempos los marca ahora Al Sisi. El presidente de Egipto fue el primero en hacer llegar al núcleo de asesores de Benjamín Netanyahu que fue un error no aceptar el gobierno de concentración de Mahmud Abas (con Al Fatah y Hamás juntos). Egipto -según la impresión de analistas- teme que nazca un sentimiento de ira y desprecio entre los miles de refugiados en Gaza que perdieron todo y han sido ajenos a las ambciones y la lucha sin cuartel entre Israel y Hamás. Reconstruir Gaza y desmilitarizar toda la Franja es el reto. Lo fue ayer, lo es hoy y permanece como lección para el mañana. Ningún presidente de Egipto tuvo tanto poder, conocimiento e influencia como Al Sisi. Este proyecto de lo que ya se llama como vía egipcia cuenta con todo el apoyo de Arabia Saudí. El camino arranca peligroso y enconado.