Antes de morir, el líder político de Hamás, Ismael Haniya (Ismail Haniyeh), asistió en Teherán a la toma de posesión del presidente Masoud Pezeshkian. En las fotografías del acto se pudo ver a Haniya conversando con el jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, general Hossein Salami.

Haniya fue alojado en una residencia especial para altas personalidades en Teherán.

El jefe político de Hamás se había estado moviendo por diferentes escenarios de Oriente Medio. Siempre aseguraba que se sentía seguro en sus estancias en Catar e Irán.

Pero Haniya ignoraba esta vez la operación especial activada por diferentes servicios de la comunidad de inteligencia occidental. Estados Unidos, por decisión del presidente Joe Biden, estaba colaborando activamente en misiones de inteligencia en la Franja de Gaza. En una de estas misiones pudo ser interceptada la confirmación del viaje de Haniya a Teheran.

Alrededor de las 2 de la madrugada (hora local) Haniya fue alcanzado por un “proyectil guiado desde el aire”, según confirmó el medio de comunicación estatal iraní IRNA. Haniya se encontraba en Teherán para la investidura del presidente de Irán y se alojaba en una denominada “residencia para veteranos”, según informó el medio de comunicación oficialista Fars.  

La muerte de Haniya se produjo apenas horas después de que Israel anunciara  que había abatido al oficial militar de mayor rango de Hezbolá,  Fuad Shukr en Beirut, Líbano, en un ataque con drones. Esta noticia sí fue confirmada oficialmente por el portavoz militar de Israel, Daniel Hagari. Fuad Shukr ordenó el ataque contra una aldea drusa en los Altos del Golán en el que resultaron asesinados doce menores.

Analistas políticos y militares confirmaron a Hechos de Hoy una compleja operación de las comunidades de inteligencia occidentales para dirigir con total precisión desde un avión de combate un misil dirigido que no pudo ser interceptado y entró por una ventana para acabar con la vida de Haniya y su guardaespaldas.

La misión mostró que Irán no ha podido establecer una  burbuja de seguridad sobre Teherán. El ataque supone una humillación para Irán ya que Haniya era su huésped VIP. Desde la perspectiva de Arabia Saudí, apuntan analistas, el rol de Irán como potencia regional se ve seriamente erosionado ya que no puede ni siquiera  garantizar la simple seguridad de los aliados visitantes de mayor reputación.

Atención a que Irán ya intentó antes un ataque a gran escala contra Israel, en abril, después de que altos mandos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán murieran en un ataque israelí contra Damasco, Siria. Los 300 drones y misiles disparados -algo sin precedentes desde Irán directamente contra Israel– simplemente no lograron penetrar. Fracasaron.

Ahora su respuesta definirá su papel como potencia regional. Pero también podría asumir el riesgo de un nuevo fracaso. Un ataque sigiloso y asimétrico, dentro de unas semanas, podría no reparar el daño causado a su posición.

De nuevo se han cruzado todas las líneas rojas. Se han abierto a la vez las incógnitas de la respuesta exterior de Irán a la que es su mayor humillación, y a las consecuencias a nivel interno de lo que ha sido un fracaso de seguridad y protección a quien era un aliado clave, Atención en los mercados a las nuevas ventanas de riesgos geopolíticos en la región de Oriente Medio.