La guerra de Crimea (1853-1856) precipitó la revolución liberal del zar Alejandro II. La guerra ruso-japonesa (1904-1905) provocó la llamada Primera Revolución rusa. La catástrofe de la Primera Guerra Mundial o la Gran Guerra desencadenó la abdicación del zar Nicolás II y la Revolución bolchevique. 

La retirada de Cuba contribuyó de manera significativa a la destitución de Nikita Jrushchov. La guerra de Afganistán se convirtió en un factor decisivo para las reformas del líder soviético Mijaíl Gorbachov. ¿La guerra de Ucrania está llamada a desencadenar hoy un terremoto político en Moscú de largo alcance?

Los intensos rumores, todos ellos originados en Moscú de fuentes económicas, apuntan a un duelo abierto entre quienes apoyan a Putin y son fieles a él -un número que se va reduciendo- y las personas de peso (políticas, económicas y militares) que proponen a Alexander Bortnikov para ordenar un alto el fuego, mandar la retirada de las fuerzas rusas y plantear un plan de paz que suponga la devolución a Ucrania de Crimea y la región de Donbás. Es decir, el clan Bortnikov aceptaría el fin de la invasión y la retirada total a cambio del cese de las sanciones a nivel de Estado y en el plano personal.

Si llega a estallar una persecución entre ambas facciones, embajadas occidentales en Moscú estarían dispuestas a dar asilo político inmediato a los disidentes perseguidos.

De nuevo han vuelto a Moscú los rumores ante la muerte de los generales más importantes, las pérdidas de las Fuerzas Armadas de Rusia, el enorme número de heridos y la destrucción de tanques y material pesado.

Se estaría abriendo  un giro político en la invasión de Ucrania, muy lejos del frente. Especialmente analistas económicos están siguiendo  los movimientos que habrían situado en un primer plano a Alexander Bortnikov.

Director del Servicio Federal de Seguridad, el FSB, desde 2008, Alexander Bortnikov es un veterano del KGB de la vieja Leningrado, como Putin. Responsable de la extensa red de agentes que controlan la vida de los rusos y de materias como lucha antiterrorista, fronteras y la contrainteligencia. Su hijo Dennis es presidente del banco estatal VTB. 

Los rumores sobre Bortnikov son fuertes en Kiev y en Moscú- Podría asumir el control político en Moscú para  impulsar un alto el fuego inmediato y la negociación de un plan de paz aceptando la retirada total de Ucrania de las Fuerzas Armadas de Rusia, incluyendo Crimea y la región de Dombás.

Organismos de inteligencia ucranianos, como la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, apuntan también a movimientos de un grupo de miembros influyentes de la élite rusa.

La prioridad en Moscú apuntaría a recomponer los lazos económicos con Occidente. Según informes de inteligencia, expertos y analistas, en Moscú los altos círculos están consternados por el impacto de la guerra y las sanciones en la economía rusa. El servicio de inteligencia ucraniano ha señalado también que ya se habría elegido al director del FSB, Alexander Bortnikov, como el nuevo hombre fuerte.

Putin podría ser relevado en dos etapas, la primera por razones de salud. Pero no se descarta incluso hasta su detención o asesinato (o súbita muerte por enfermedad o envenenamiento).

Para el FSB habría sido un golpe sorprendente la salida de Ucrania de las fuerzas chechenas tras haber sufrido pérdidas muy importamtes.

Para algunos analistas, las pistas que apuntan a Bortnikov como el hombre que reemplazará a Putin podrían considerarse sorprendentes. Los dos se han abierto camino juntos en la sociedad rusa. Bortikov ha sido hasta ahora uno de los hombres de confianza de Putin.

Ambos sirvieron en la KGB en Leningrado, antes de que Bortnikov se hiciera cargo de la renombrada agencia de seguridad. El FSB de Bortnikov es a la vez el cerebro y el corazón del régimen de Putin, un “estado dentro del estado”, según una investigación en profundidad realizada por el Dossier Centre.

Bortnikov habría caído en desgracia con Putin por errores en la guerra de Ucrania. Putin arremetió y despidió a ocho generales en un intento por desviar la culpa de la sangrienta guerra que ha matado a casi 15.000 soldados de sus tropas en solo 25 días.

Cuando recientemente Putin habló públicamente de los “traidores” y la “escoria” de los que sospecha que son desleales a Moscú, posiblemente filtrando información, se refería a esta conspiración que ya estaría moviendo los hilos directamente.

Los conspiradores habrían elegido a Bortnikov, de 70 años, porque creen que podría encabezar la restauración de los lazos económicos con Occidente. Están cada vez más preocupados de que Rusia se convierta en un Estado paria, rechazado por Occidente.

Se cree que Bortnikov tiene una red de personas con información privilegiada que trabajan y viven en Ucrania, donde dirigió una red de agentes durante muchos años.

También encabeza el brazo económico del FSB, habiendo desempeñado un papel clave en la construcción del crecimiento de Rusia posterior a la era soviética. A la vez ha liderado operaciones de contrainteligencia para garantizar que no sea penetrado por espías occidentales.

La relación entre Putin y Bortnikov estaría ahora rota. Putin le responsabiliza de todos los reveses rusos  en Ucrania. La conspiración que está en marcha trata de evitar la destrucción total de Ucrania pero también un chque mayor o menor con la OTAM y la locura de una, dos o tres bombas  nucleares sobre el mar Báltico y Ucrania.

Los bancos de inversión y los analistas asisten en vilo a todos estos acontecimientos presididos por un cisne negro malévolo a los pies de las murallas del Kremlin. Si no cae Putin, el escenaro es sombrío.