De Valverde se pasó a Setién, luego a Koeman, y ahora, en complejas circunstancias, a Xavi Hernández, el jugador que siempre admiró Luis Aragonés por jugar en un ladrillo (la maestría de amar el balón y manejarlo con elegancia y plena efectividad).

Xavi ha sido profundamente feliz en Doha como entrenador del Al Sadd Sports Club, fundado en 1969. Es el equipo de fútbol más laureado del país, tanto en la liga nacional como en la Copa del Emir.

El Al Sadd quiso que fuera personalmente Joan Laporta a negociar el fichaje de Xavi por cuestión de orgullo, poder e influencia. Laporta se negó. Entonces se exigió que el FC Barcelona pagara en su totalidad la claúsula de rescisión del contrato. Laporta de nuevo lo rechazó sabiendo que los finiquitos de Setién y Koeman son aún una patata caliente.

Finalmente Al Sadd negoció con el propio Xavi, quien asumió pagar parte de la claúsula de rescisión, y precipitó su salida del club. Fue una despedida emocionante en la que Xavi no pudo ocultar su emoción rompiendo a llorar.

Durante su etapa como entrenador, Xavi ha logrado siete títulos culminando su gestión con la Copa del Emir 2020/21 frente al Al Rayyan. El equipo actualmente marcha líder de su liga con tres puntos de ventaja sobre el segundo.

Finalmente el FC Barcelona y Xavi han acordado pagar a medias la claúsula de los 5 millones de euros de su salida en plena temporada. Supone una operación compleja para cumplir con la normativa de LaLiga y evitar problemas futuros con Hacienda.

Pese al retraso del FC Barcelona en anunciar su fichaje de forma oficial, Xavi sucederá a Sergi Barjuan, entrenador interino desde la destitución de Ronald Koeman. Barjuan volverá a dirigir el equipo filial.

Xavi fue clave en convertir a la Selección de España en una potencia a nivel europeo y mundial. La España de Luis Aragonés que marcó una nueva era, consolidada después por Vicente del Bosque. Con Pep Guardiola, ejerció como arquitecto de un fútbol de enorme grandeza. Ahora asume los retos de reconstruir un equipo sacudido por una enorme crisis económica y emocional tras la salida de Leo Messi.

Xavi sabe que no era el entrenador que buscaba Laporta -mirando al fútbol holandés- pero tiene el talento para negociar en los despachos y levantar el ánimo de un vestuario sacudido por ciclos bien distintos en el FC Barcelona.