El IBEX 35 comenzó la última semana de septiembre con cierre en rojo (-O,49%): prima de riesgo en 120, bono a 10 años en 2,21% y por debajo de los 11.000 (10.947 puntos).

Calaron los dos mensajes. La serie reflexión que hizo Luis de Guindos en la primera cita del Grupo de los 20 (G-20), en Australia, de que un frenazo en la Eurozona impactará en la economía española. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, insistió en ello ante el Parlamento Europeo.

En La Moncloa la sensación es agridulce. Las sensaciones y los informes en Bruselas cambiaron con España. En la Comisión Europea existe la convicción de que las reformas de España han sido más positivas que las de Grecia, Portugal e Italia. Los mensajes sin embargo que se están generando sobre la Eurozona inquietan. El análisis económico incide ahora de lleno en el político. No se puede ocultar.

Aunque los comicios locales y autonómicos de mayo de 2015 están en el calendario, el dilema es triple: unir en una fecha todas las elecciones (no está descartado), adelantar antes del verano las generales, o llevarlas a su última posibilidad, que podría ser en febrero de 2016.

Ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, Mario Draghi estuvo tajante en su percepción: el crecimiento de la Eurozona y el PIB real llegaron a punto muerto en el segundo trimestre del año. Reconoció que los indicadores recibidos durante el verano son más débiles de lo esperado. Sobre la megasubasta de liquidez, dijo que estuvo en línea con lo esperado. El mensaje del presidente del BCE fue rotundo instando a comprometerse con las reformas. Sólo si los gobiernos y el BCE actúan con la misma decisión se podrá dar una respuesta eficaz.

Los avisos de Mario Draghi y Luis de Guindos llegan en el momento más comprometido en el plano económico. El Consejo de Ministros está a punto de aprobar los Presupuestos del Estado para 2015. Aparecen como capitales para la recuperación sabiendo además que la exigencia en el próximo año es la de reducir el déficit público para colocarlo en el 4,2% del PIB.

Mariano Rajoy no tiene otra alternativa que la de situar con cuidado la inversión pública con los objetivos de crecimiento y creación de empleo Cuenta a su favor con un nuevo escenario de la deuda y la poda efectuada en la Administración que según datos del propio Gobierno permitió ahorrar 10.417 millones de euros.

Es el momento de que exista un escenario más ágil para consumir, invertir y, por supuesto, generar empleo. No hay que olvidar que en 2015 van a incidir de forma positiva las medidas del BCE. Llega el momento que pone a prueba la necesidad -y la oportunidad- de las reformas más profundas y comprometidas. Se abre, desde ahora, un abanico de medidas políticas y económicas que van a ir de la mano con una fuerte trascendencia.