El Rey Felipe VI y la Reina Letizia regresaron a Mallorca para presidir el emotivo funeral por las trece víctimas de las lluvias torrenciales que anegaron el 9 de octubre la comarca en torno a Sant Llorenç, una torrentada, una ola asesina, que alcanzó cinco metros de altura en la parte baja del pueblo durante las inundaciones.
La ceremonia fue oficiada íntegramente en castellano en la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores del municipio de Manacor por el obispo de Mallorca, Sebastián Taltavull.
Acompañaron a los Reyes la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; la presidenta de Islas Baleares, Francina Armengol; y el presidente de la Cámara regional, Baltasar Picornell, entre otras autoridades. También asistieron al funeral el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera y la portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Dolors Montserrat.
Trece personas -siete españoles, un matrimonio británico y otro alemán, un tercer ciudadano alemán y una holandesa- fallecieron en la catástrofe. El último cuerpo sin vida fue hallado pocas horas antes del funeral. Se trata de Arthur Robinson, el niño de cinco años que fue arrastrado por las aguas en Sant Llorenç des Cardassar junto a su madre, encontrada muerta, y su hermana mayor, rescatada con vida.
El pasado viernes, los Reyes acudieron a Sant Llorenç, a unos 13 kilómetros de Manacor, para expresar su pesar y su solidaridad a los afectados, así como para manifestar su apoyo a los responsables de los diferentes cuerpos que participan en las labores de limpieza y rescate.
Tras el funeral, el Rey Felipe VI y la Reina Letizia saludaron y abrazaron, uno a uno, a los familiares de las víctimas produciéndose escenas de gran emoción.
El Rey dio el pésame a cada uno de los familiares. Foto: @CasaReal
Mil personas abarrotaron la iglesia, entre ellos también agentes de la Guardia Civil, miembros de la UME y voluntarios. Junto al altar, trece centros de flores blancos con una vela que fueron entregados a las familias tras la ceremonia.