¿Quién no ha oído el nombre Schengen alguna vez? Muchos viajeros seguro que sí pero… ¿Qué es exactamente? ¿Un visado? ¿Un acuerdo? ¿Un espacio? ¿Una casa de cambio? ¿Una marca de calzoncillos? Esta semana os desvelo el “misterio” para los que no lo sepáis aunque muchos seguro que sí…
Dejamos atrás entonces el pequeño y rico Liechtenstein que descubrimos hace unos días y nos vamos, sin salir de Europa, hacia el Noroeste. Porque Schengen, antes que cualquier otra cosa, es una localidad vinícola, un pueblo al que le encanta hacer vino que se encuentra en Luxemburgo. Concretamente en el borde de la triple frontera existente entre este país, Alemania y Francia.
¿Y por qué es tan famoso este pueblo? (Que, por cierto, no llega a los 5.000 habitantes) Pues porque allí se firmó, el 14 de junio 1985, el Acuerdo de Schengen, en el cual, varios países europeos decidieron permitir la libre circulación de personas entre sus estados. Es decir, se eliminaban las fronteras internas entre los estados miembros y se compartía una frontera exterior común.
A día de hoy, éstos son: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Suecia y Suiza.
¡Ojo! No es lo mismo la Unión Europea que el espacio Schengen. De hecho, si os fijáis, aunque la mayoría de los países de la UE forman parte del mismo, no todos lo hacen. Bulgaria, Croacia, Chipre, Irlanda, Rumanía y el Reino Unido no pertenecen. Por otro lado, algunos países que no son de la UE, sí pertenecen como es el caso de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Este Acuerdo es muy importante para los extranjeros que quieran visitar Europa ya que afecta a los visados (visas).
Las Embajadas y Consulados de los miembros emiten un visado único para todo el espacio Schengen que es, nada menos, que el área que ocupan todos estos países. Vamos, que si lo obtienes puedes visitar todos los países que conforman el mismo sin tener que sacar un visado para cada nación. Y una vez dentro, te puedes mover libremente de un país a otro. Y también es importante para aclararse en algunos aeropuertos europeos como el de Madrid, en el que existe una terminal exclusiva (T2) para vuelos a estos destinos (excepto que el vuelo sea de Iberia, cuya terminal será siempre la T4).
A veces es un poco lioso porque llegas a un aeropuerto con tu coche pelotilla alquilado y te encuentras una señal que dice: “¡¡Países Schengen – Gire a la derecha YA!!”. Y se te hace un nudo en el cerebro y te crees que, como vas a Londres… Pues no, Londres no es Schengen y, dentro de poco, tampoco UE. Lo mejor es mirarlo antes de desplazaros porque ir de una terminal a otra en algunos aeropuertos puede ser de ponerse a llorar…
Mi hermana Lara y yo fuimos un día allí, a Schengen y, aunque la localidad no tiene grandes “highlights”, no faltan las tranquilas calles luxemburguesas, las casas con preciosos tejados, el ayuntamiento, algún cuco restaurante, relajantes cafés y un hermoso y apacible río internacional. Por otro lado, siempre es curioso y emocionante para los viajeros saber que, según a donde mires, estarás viendo un país diferente.
Por ejemplo, en la siguiente foto, tomada desde Schengen, se puede ver el puente que une Luxemburgo con Alemania.
En la siguiente, también tomada desde Schengen, el fondo del lado izquierdo es Alemania y del lado derecho, Francia.