Cándido Conde-Pumpido e Inmaculada Montalbán, presidente y vicepresidenta del Tribunal Constitucional. Los dos son miembros de la tendencia socialista o progresista. Los dos, del partido de Sánchez, el actual PSOE.

La Moncloa quiso el control total. Se hizo por tanto sin pudor. Se pulverizó la regla no escrita de los últimos años de un magistrado del sector mayoritario en la presidencia y otro del grupo minoritario en la vicepresidencia.

Quienes temían el asalto de Sánchez al Tribunal Constituconal han asistido a la toma de foma íntegra y sin fisuras. Hubo en las últimas semanas un intenso pulso entre los dos candidatos de izquierda que aspiraban a la presidencia: Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer.

Al final, la magistrada del Tribunal Supremo María Luisa Segoviano, nombrada a propuesta del Consejo General del Poder Judicial. ha dado la victoria a Pumpido.

El que fuera fiscal general del Estado con José Luis Rodríguez Zapatero ha contado con el apoyo de los magistrados afines a los socialistas Ramón Sáez e Inmaculada Montalbán y también ha contado con el respaldo de los dos miembros que acaban de ser propuestos por el Gobierno, Juan Carlos Campo y Laura Díez.

Estos cinco votos -sumando el del propio Pumpido– junto al de Segoviano ha dejado el marcador seis frente a cinco, dado que el tribunal actualmente está compuesto sólo por once miembros -y no doce como establece la Constitución– porque el PSOE está bloqueando cubrir la vacante que dejó libre el magistrado propuesto por el PP, Alfredo Montoya.

Lo más sorprendente de la votación para estos magistrados no ha sido la victoria de Pumpido, sino la elección de Inmaculada Montalbán como vicepresidenta.