El vicesecretario de Organización del Partido Popular, Miguel Tellado, con su sorna gallega, apuntó que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, debería “irse de este país en un maletero” por “permitir esta humillación” a España y al Estado de Derecho con la Ley de Amnistía y sus pactos con los independentistas, así como que los españoles tengan que ver en directo el “regreso” de Carles Puigdemont al aeropuerto de El Prat.
Por su parte Elías Bendodo, coordinador general del Partido Popular, subrayó que dos millones de personas respondieron de manera masiva “a las mentiras masivas de Sánchez, lo que supone que el Partido Popular será “el muro de contención” de los desvaríos del presidente del Gobierno en funciones.
El análisis de Juan Luis Cebrián
Junto a los vídeos de más de dos millones de ciudadanos en la calle, en una protesta masiva transversal sin ningún tipo de imcidentes -como destacó Hechos de Hoy-, fue un lunes 13 negro para los fontaneros de La Moncloa descubrir en la página13 de El País, bajo el título Disculpa a la traición; premio a la culpa, la crítica más demoledora a la compra de 7 votos por parte de Pedro Sanchez a Carles Puigdemont pagando a tocateja con una Ley de Amnistia que es toda una capitulación.
Cebrián advierte ya con claridad del vuelco en el PSOE bajo Sánchez para pasar de partido político a secta.
Califica de incompetente al presidente del Gobierno en funciones y asegura que su lugar en la Historia es acabar”metido entre la chatarra” por sus pactos con “delincuentes”.
“El esperpento protagonizado por el presidente del Gobierno español en funciones y presidente de turno de la Unión Europea, su pacto con un buen número de delincuentes para formar Gobierno, pone de relieve la ausencia de sentido común y capacidad racional en la dirección de un partido socialista que amenaza con convertirse en una secta” señala Cebrián.
Censura que pretenda “gobernar a base de alianzas con delincuentes prófugos y enemigos declarados del Estado” y afirma que esta estrategia de Sánchez “parece inspirada en el activismo guerracivilista” que le llevó a la “aventura revolucionaria” del socialismo “contra la República española en 1934”.
“Coincido con quienes atribuyen al ciudadano Sánchez ambiciones desmedidas, pero quizá el más grave de sus defectos sea la incompetencia“, analiza Cebrián. Se pregunta cómo respetar “a un dirigente político que no se respeta a sí mismo y es incapaz de mantener la palabra dada a aquellos a quienes les pidió su apoyo%.
Cebrián defiende que, al contrario de lo que dicen los “estómagos agradecidos”, los pactos y negociaciones de Sánchez no buscan mejorar la convivencia ciudadana.
“Todo el mundo sabe que lo único que persigue es la compra de un puñado de votos para satisfacer las ambiciones de la dirigencia del partido al precio que sea. Y la verdad es que antes incluso de perpetrar su pacto definitivo, la convivencia misma comienza a hacerse añicos”.
Advierte que “la aventura personal de Pedro Sánchez y sus seguidores ha puesto ya fin al consenso constitucional”. Y que esto “amenaza la pervivencia del partido socialista”, ya que el líder del PSOE “persiste en vulnerar la igualdad ante la ley de los españoles y la independencia del poder judicial”.
Respecto al Consejo General del Poder Judicial, se refiere como el “más débil de los poderes del Estado y el más amenazado por los autócratas de medio pelo”, y añade que “en una democracia son las leyes y su aplicación la única garantía de que ni el Gobierno ni las muchedumbres a él afines están legitimados para vulnerar los derechos individuales y la libertad de los ciudadanos”.
Cebrián habla abiertamente de la “sarta de mentiras, falsedades, y provocaciones que portavoces muy calificados del partido en el Gobierno vienen profiriendo contra quienes denuncian semejante felonía” y reclama un poco de “decencia moral” a los tres jueces que son todavía ministros del Gobierno, en especial a Marlaska.
Cebrían desde sus reflexiones en un viaje de trabajo a República Diminicana recuerda también el papel del Rey Felipe VI contra el golpe y que su discurso fue “un ejemplo de la dignidad democrática frente a la indignidad golpista de los ahora socios de Sánchez”.
Recuerda la más que preocupante conexión rusa del separatismo y traza un retrato demoledor del presidente del Gobierno en funciones.
“Pedro Sánchez no debe preocuparse más por su lugar en la Historia: con toda probabilidad acabará metido entre la chatarra. Si le quedara alguna perspicacia en la búsqueda de su dignidad política aprendería de los bosquimanos o de su colega portugués y dimitiría para dar paso a nuevas elecciones”.