Misterio en tres escenarios: el Parlamento de Cataluña en Barceloma; la sede oficial del PSOE en la calle Ferraz de Madrid; y el Palacio de La Mareta en Lanzarote (Canarias) donde estaría el presidente del Gobierno tras su aparente fuga secreta de La Moncloa.

El clima, como apuntan analistas a Hechos de Hoy, es de thriller, alto suspense y drama de corte shakesperiano donde se teme a las navajas, egos heridos y venganzas sofisticadas.

Aunque todo es secreto. hay temor a la siguiente cadena de acontecimientos:

1. Carles Puigdemont podría estar ya en España o llegar de forma inminente a Barcelona.

2. El expresidente fugado podría irrumpir de repente en el Pleno del Parlamento de Cataluña (sesión del miércoles 7 o jueves 8). Su propósito es el de dinaminar primero la investidura de Salvadir Illa, acabar con la reputación de Esquerra Republicana, y anunciar el final definitivo de su apoyo al Gobierno de PSOE y Sumar ponienfo fin así a la actual Legislatura.

3. Como tercer acto, Puigemont buscaría entregare a la Policía Nacional o Guardia Civil para ser detenido formalmente y ser trasladado a la sede del Tribunal Supremo.

¿Es el guión definitivo?

Puigdemont ha dado pistas en una carta (como la de Sánchez) muy significativa. Hizo énfasis en los siguientes puntos:

– Acusó a los jueces de estar dando un “golpe de Estado híbrido” a cuenta de la Ley de Amnistía.

— Culpa a ERC de su posible detención.

“La decisión de la militancia de ERC de investir al candidato socialista Salvador Illa como presidente de la Generalidad hace que la detención sea una posibilidad real de aquí a muy pocos días. Siempre he sido consciente de este riesgo. Pero he preferido esperar a publicar este texto después de conocer la decisión de los militantes republicanos para que no se me acusase ni de hacer chantaje emocional -cosa que en los siete años de exilio he evitado siempre- ni de interferir en el proceso interno de otra formación política”.

— Duro ataque al PSC.

Critica a los socialistas catalanes, a los que acusa de ser “alérgicos a la plena normalización lingüística de la lengua catalana” y de formar un “Govern españolista que no tendrá ninguna capacidad de negociación real con el Gobierno español para resolver un conflicto histórico, que no es entre catalanes, sino entre Cataluña y España. Y porque creo que antes de dar los votos para un gobierno del PSC en Cataluña había que explorar otras alternativas, incluida la repetición electoral en nuevas condiciones”.

— Puigdemont culpa a ERC de los ataques personales sufridos y de las campañas “ignominiosas”.

“Visto lo que hemos conocido con el escándalo de las campañas de guerra sucia organizadas por ERC tengo pocas dudas de cómo se alimentó aquella campaña de desprestigio, un patrón que ahora nos encontraríamos con mayor intensidad: de la comprensión inicial por el hecho de quedarme un año más en el exilio trabajando y ahorrándome la prisión pasaríamos a una nueva campaña de denigración personal de gran envergadura que tendría consecuencias muy difíciles de asumir para mí y para todo lo que defiendo”.

— Alusión a Beñoz Gómez, la mujer del presidente.

“Si me detienen no será la primera vez. El hecho relevante no será ese. El hecho verdaderamente importante será la evidencia de que en España las amnistías no amnistían, que hay jueces dispuestos a desobedecer la ley y que el Gobierno español lo contempla con la indolencia del resignado. Hace más aspavientos porque un juez imputa a la mujer del presidente y la cita a declarar que cuando el Tribunal Supremo se niega a aplicar la única ley que se ha aprobado en esta legislatura. Quien crea que esto no tendrá consecuencias se equivoca”.

— Advertencia a Sánchez. Junts per Catalunya (JxCat), el partido de Puigdemont, ha subrayado el aviso al advertir que asume la carta de su líder moral como pauta estratégica a partir de ahora. Guerra sin cuartel contra ERC y contra el PSOE/PSC.

— “No es hora de verter lágrimas sino de enseñar las garras”, escribe por último  Puigdemont.

Sus cartas finales están sobre la mesa.

a) Intentar reventarlo todo.

b) Generar unas condiciones de inestabilidad política absoluta.

c) Amedrentar a ERC.

d) Echar encima de Esquerra Republicana a todo el movimiento independentista. En su gran mayoría contrario al acuerdo que la militancia de ERC ha suscrito con el PSC por 550 votos más a favor del sí que del no a Illa.