Jueves 21 importante con el anunció del domingo 18 de febrero de 2024 para la celebración de las elecciones autonómicas en Galicia. El presidente de La Xunta se lo adelantó, por educación, a Alberto Núñez Feijóo y al lehendakari, Íñigo Urkullu. Pero Urkullu, al no ser candidato ha decidido agotar la legislatura.
Viernes 22 importante por el encuentro -como avanzó Hechos de Hoy– en un despacho del Congreso de los Diputados de Pedro Sánchez y Alberto Sánchez Feijóo. En las vísperas, Feijóo le retrató a Susanna Griso, en el plató de Espejo público, en Antena 3, el momento político. Le adelantó que la legislatura depende de Iglesias, Junqueras, Puigdemont, Otegi y el PNV. “Si uno de ellos dice que no a Sánchez, se acaba”, señaló Feijóo de manera tajante.
El jefe de la Oposición y presidente del Partido Popular subrayó que la legislatura no dependerá de Sánchez porque será presidente el tiempo que quieran sus socios de investidura, a los que no les importa España.
Subrayó que la reunión con Sánchez se celebre en el Congreso para restaurar la importancia de las instituciones, sobre todo después de que la investidura se cerrara en un chalet en Suiza y el control al Gobierno a través de reuniones en Ginebra con un mediador especialista en banda armada. “Volver al Congreso es otorgar la soberanía al pueblo español”, sentenció.
Denunció la asimetría que demuestra Sánchez con los líderes autonómicos, dado que fue a ver a Aragonés “a su casa”, mientras se niega a mantener una Conferencia de Presidentes.
Aseguró que “va a intentar” cerrar acuerdos mañana en su reunión con Sánchez, a pesar de que el presidente del Gobierno ni siquiera le contestara a los cuatro pactos que le envió por escrito en la anterior etapa y a la propuesta de pacto de legislatura con seis acuerdos de Estado que le ofreció en su debate de investidura.
Ejemplificó en los ayuntamientos de Vitoria y Barcelona e incluso en la Diputación Foral de Guipúzcoa la disposición del Partido Popular para llegar a acuerdos que eviten que los independentistas gobiernen y se pregunta por qué ahora es bueno para la convivencia pactar la presidencia del Gobierno con un independentista que no puede entrar en España.
“Los votos del PP son para que no gobierne Bildu, mientras que los del PSOE son para que lo haga”, indicó en referencia al reciente acuerdo con el partido de Otegi para gobernar la capital de Navarra.
Denunció que uno de los legados que está dejando Sánchez es que España “está siendo tutelada como un Estado en el que presuntamente se atenta contra el Estado de derecho” por una ley de amnistía y comisiones de investigación sobre el papel de los jueces.
“Puigdemont le está ganando al Estado y lleva ventaja porque está consiguiendo la amnistía y que le pidamos perdón porque no ha cometido ninguna ilegalidad”.
Censuró que el presidente del Gobierno no respondiera a las preguntas del PP sobre si se despenalizará las injurias al Jefe del Estado, si se va a indultar a etarras y a eliminar del Código Penal el enaltecimiento al terrorismo.
Destacó que ningún presidente europeo ha pactado su investidura fuera de su país con un prófugo de la justicia o con un partido heredero de una banda terrorista. “No hay antecedentes”.
Hizo un llamamiento al voto útil al PP para que todo el voto al centro derecha no quede fragmentado porque, de haber sido así en las generales, el PSOE no estaría ahora gobernando con sus socios de Gobierno.
Lamentó que el irrelevante papel de nuestro país en Europa después de que el pacto migratorio se haya cerrado sin contar con España por la falta de peso político de nuestro Gobierno. “Es difícil que cierren algo fuera si no son capaces de hacerlo entre ellos”, señaló en referencia a las discrepancias que ha trasladado la ministra de Infancia y Juventud a este acuerdo europeo.
Resaltó que España sigue siendo el “peor de la clase” de Europa, con unos datos económicos que llevan a que paguemos 40.000 millones de euros de deuda, lo que supone la segunda partida más importante de los PGE tras las pensiones. “Así es más fácil gobernar si se deja todo a deber”, afirmó.
Destacó la contradicción del Gobierno al definir a Telefónica como empresa estratégica y luego no contar con el PP para determinar lo que se tiene que hacer.
Advirtió que, con esta operación, el Ejecutivo lanza un mensaje a las empresas de que pueden subir impuestos y que tengan cuidado con el Gobierno porque ministros de Sánchez están reclamando que se intervenga en otras grandes compañías españolas.
“A Telefónica la podemos ordenar a través de la reglamentación sin entrar en su consejo y sin necesidad de intentar controlar la compañía”, apuntó tras preguntarse cómo tendrá que endeudarse ahora la SEPI para desembolsar 200.00 millones de euros.