Escenario de desolación y misterio en la llanura de la muerte. Todo es confuso y no supuso el mejor comienzo para la investigación independiente y veraz que urge Holanda, con el apoyo de Australia y Malasia, y de toda la comunidad internacional.

Hubo pillaje entre los cadáveres según testigos, robándose joyas y dinero. También desaparecieron cuerpos de víctimas en una actuación de las milicias prorrusas que mostró de una vez su verdadero perfil. A la misión de observadores se les trató con aspereza limitándose sus movimientos, en toda una actitud de gánsteres.

Este domingo, portavoces de las milicias prorrusas -muchos de ellos ciudadanos rusos- no tuvieron más remedio que reconocer las denuncias de las autoridades de Ucrania. Admitieron haber trasladado a la ciudad de Donetsk a varias decenas de cadáveres de las víctimas de la tragedia del Boeing 777 de Malaysia Airlines.

"El lugar es caótico, absolutamente caótico", dijo el primer ministro de Australia, Tony Abbott, al denunciar que las milicias no garantizan "la integridad del lugar" ni "una investigación para que se haga justicia". El ministro holandés de Exteriores, Frans Timmermans, quien viajó a Ucrania para tratar de que los cuerpos de los casi 200 holandeses fallecidos en el accidente vuelvan lo antes posible a su país, se mostró consternado por el misterio que rodea los cadáveres.

Todo es precario en un territorio sin ley. El viceprimer ministro de Ucrania, Vladímir Groysman, anunció un acuerdo con las milicias prorrusas para trasladar los cadáveres en vagones frigoríficos bajo la vigilancia de los observadores de la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Pero hay escepticismo y también miedo ante el matonismo exhibido por las milicias armadas por Rusia en el este de Ucrania. En Holanda la conmoción es muy profunda. El primer ministro, Mark Rutte, calificó la situación de "repugnante. “Estoy conmocionado por las imágenes del lugar. La gente camina por ahí con las pertenencias personales de las víctimas. Es francamente repugnante”, dijo Rutte en su conferencia de prensa en la que confirmó -como destacó Hechos de Hoy– su muy tensa llamada a Vladimir Putin.

La investigación que se abre es compleja y supone un desafío y responsabilidad para Ucrania -pero exige a la vez e necesario apoyo de Rusia-. Son cuatro los actores: el constructor del avión (Boeing, EE. UU.); el fabricante del motor (Rolls Royce, Reino Unido); el propietario de la aerolínea Malaysia Airlines (Malasia) y el país de procedencia del vuelo (Holanda).

Contará con expertos de Eurocontrol y observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Para su éxito, la investigación debe controlar un perímetro enorme, de unos 20 kilómetros cuadrados. Por el momento las milicias prorrusas han obstaculizado todo lo que han podido y sólo han cedido en parte ante la dureza de la presión internacional.