Ha sido un final glorioso. El propio Raúl González Blanco confesó que no podía "pedir más" y que era "como un sueño" el haber jugado su último partido como profesional ganando este domingo un título con el New York Cosmos, un club que formará "una gran parte" de su corazón.
Raúl González Blanco y Marcos Senna abandonaron el fútbol en activo añadiendo un último título a su palmarés, tras la final de la North American Soccer League al vencer al Ottawa Fury por 3-2 y siendo manteados por sus compañeros en el césped del estadio neoyorquino. Raúl se despidió de un terreno de juego como tenía acostumbrados a los aficionados, compitiendo, y dijo adiós levantando el título de la NASL curiosamente al igual que Pelé, quien puso fin a su carrera con el mismo equipo y ganando también este campeonato.
"Este equipo tiene una gran historia y este triunfo fue maravilloso. Jugamos con pasión y hubo un montón de buen feeling en el vestuario. No podía pedir más, es como un sueño, el Cosmos forma una gran parte de mi corazón", señaló Raúl tras el partido. El madrileño reconoció que era "imposible comparar" este título con "ganar el Mundial, la Liga y la Liga de Campeones". "Pero no voy a decir que no es satisfactorio", admitió.
"Estoy muy feliz, pero también muy triste porque era el último partido de mi carrera. Estoy muy orgulloso por todo lo que hice y quiero dar las gracias al club, a mis compañeros y los aficionados por este maravilloso año. Ahora, para mí, comienza una nueva vida con otro proyecto", indicó el exjugador del Real Madrid y Schalke 04.
Por su parte, Marcos Senna apuntó que "ganar al lado de Raúl era una situación ideal". "Le estoy agradecido por estar aquí todo el año ya que marcó la diferencia muchas veces y marcó muchos goles", subrayó el centrocampista. Remarcó que aunque Raúl "no marcó" en la final ante el Ottawa Fury, "dio una asistencia". "Es un jugador que puede cambiar los partidos", sentenció.
Carlos Mendes, capitán del New York Cosmos, recalcó que echarán "enormemente de menos" a ambos jugadores. "Son dos grandes personas, que es lo más importante. Nos sentimos muy afortunados de tener a estos dos grandes jugadores retirándose con nosotros. Tuve el placer de entrenarles y hicieron mi vida de entrenador más fácil por su calidad". "La forma en la que acabaron sus carreras no podía ser de otra manera porque tuvieron mucho éxito", recalcó Giovanni Savarese, entrenador del equipo neoyorquino.