Las fotografías corren como la pólvora por las redes sociales, creando apariencias que engañan o enviando mensajes equívocos que pueden confundir a sus usuarios. Este es el caso de Mark Oberholtzer, un texano de 62 años. Tal y como recoge BBC Mundo, la imagen de una camioneta con el nombre de su negocio de fontanería en la guerra siria, en concreto en manos de combatientes, causó una polémica en la que se vio envuelto.
Para muchos, supuso la confirmación de que el empresario estaba vinculado al conflicto. Una sospecha que provocó que comenzase a recibir amenazas. “La oficina de Mark-1, el teléfono empresarial de Mark-1 y el teléfono celular personal de Mark habían recibido más de mil llamadas de todo el país”, señaló la demanda por daños y perjuicios contra el concesionario causante de la confusión.
Las señalas de su empresa (llamada Mark-1 Plumbing) no fueron retiradas. La camioneta terminó en Turquía en diciembre de ese mismo año, destino en el que sus huellas se perdieron. Como señala BBC Mundo, a partir de ese momento lo más probable es que pasase a Siria y terminase en manos de un grupo rebelde, Frente Ansar al Din.
Los combatientes subieron una fotografía a las redes sociales donde el coche aparecía con un curioso equipaje: una batería antiaérea. “Al principio creí que era algo de Photoshop, una broma de algún amigo”, comentó Oberholtzer en declaraciones a la prensa.
De acuerdo con la demanda, el concesionario vendió la camioneta en una subasta en noviembre del 2013 y el automotor fue enviado desde Houston a Turquía y posteriormente este habría sido enviado a Siria.
Oberholtzer volvió a escuchar de su vieja camioneta por una llamada que le habría hecho su secretaria para informarle que en las noticias estaban hablando de su compañía y de su antigua camioneta.
La esperanza de que todo fuese una burla sin importancia desapareció cuando comenzó a recibir amenazas y se vio forzado a llevar un arma para protegerse de posibles agresiones, como indicó su abogado, Craig Eiland. Eso por no hablar de las pérdidas económicas que padece su negocio por culpa del escándalo.
“Este vehículo llegó a nosotros y fue enviado a la subasta. Las marcas debieron ser retiradas en la subasta. Esto no ocurrió. Nos parece desafortunado”, afirmaron desde una empresa vinculada al concesionario causante de la confusión.
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