Al margen quedan las dos cuestiones técnicas del debate de investidura de Qim Torra en el Parlamento de Cataluña:
1. La CUP (Candidatura de Unidad Popular, izquierda anticapitalista) celebra una reunión de su consejo político este domingo en Cervera (Lleida) para decidir sobre los votos de sus cuatro diputados en la investidura del presidente de la Generalitat.
2. En la primera sesión del pleno de investidura, la CUP se abstiene imposibilitando la investidura que requiere mayoría absoluta. El lunes 14, en la segunda sesión, decide la mayoría simple: la CUP posibilita la investidura votando sí o absteniéndose; la impide votando no.
El viernes 11, en declaraciones a TV3, el noticiero TN migdia, Qim Torra avanzó un gobierno “en el exilio”, anunció que trabajará por recuperar las leyes de ruptura aprobadas por el Parlamento de Cataluña y anuladas por el Tribunal Constitucional, y prometió lo que calificó como un “proceso constituyente”. No pudo ser más claro al proclamar el comienzo de un nuevo proceso unilateral de independencia contra la Constitución y el Estatuto de Cataluña ahondando el enfrentamiento civil.
La designación de Quim Torra como candidato a la presidencia de la Generalitat deja tres notas muy preocupantes antes del debate de investidura en el Parlamento de Cataluña:
– Apuesta por construir una Cataluña independiente enfrentada con más de la mitad de la sociedad catalana y contra el resto de España.
– Se identifica con los movimientos ultranacionalistas y xenófobos europeos.
– Y acepta el dedazo del expresidente prófugo que ilustra sobre la deriva autoritaria y personalista del secesionismo.
Bajo Carles Puigdemont, quien se ha identificado con los movimientos xenófobos de la ultraderecha europea (grupos racistas y neonazis), nada queda del espíritu liberal y centrista de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC). Volado el catalanismo pactista y moderado, la agrupación del expresidente prófugo, JxCat, se identifica con las formaciones antieuropeas de extrema derecha.
Resulta sorprendente que Esquerra Republicana (ERC), dispuesta a alejarse del independentismo unilateral -lo que ha sido la llamada DUI, declaración unilateral de independencia-, haya cedido a las imposiciones del expresidente prófugo. Emviada la peor señal por Quim Torra prometiendo confrontación e ilegalidad.
