La Policía Nacional publicó un tuit tras la sentencia de La Manada que se viralizó rápidamente. La sentencia condenó a los cinco acusados (que se hacen llamar La Manada) de violar a una joven en los Sanfermines de 2016 a nueve años de prisión y 5 de libertad vigilada por abuso sexual continuado, y no por violación.
"#NoesNo#NoesNo #NoesNo#NoesNo #NoesNo#NoesNo #NoesNo#NoesNo #NoesNo#NoesNo #NoesNo#NoesNo ESTAMOS CONTIGO", el tuit de la Policía Nacional.
A este mensaje contestó con dureza Julia Otero. "Decídselo al tribunal de Pamplona", fue su respuesta en Twitter.
Julia Otero compartió también un tuit de la periodista Raquel Ejerique que cargaba contra la sentencia. "Según el fallo, no hubo violencia ni intimidación en el caso de La Manada. Efectivamente, ella se dejó, que es lo que hacemos las mujeres si nos enfrentamos a esta terrible experiencia para evitar que, además de violarnos, nos maten", escribió Raquel. A lo que Julia Otero respondió. "Ya sabemos: muerte o humillación judicial. Escojamos", fue su tuit.
Jordi Évole, presentador de Salvados, se sumó a la indignación en las redes sociales con un mensaje amargo.
"Manada judicial. Si solo leída, la sentencia produce náuseas (literalmente), no quiero ni pensar lo que sufrió ella", escribió. Además añadió dos etiquetas: "No es no" y "yo sí te creo".
También la actriz estadounidense Jessica Chastain, protagonista en películas como Interstellar o Zero Dark Thirty, mostró a través de Twitter su profundo descontento con la sentencia.
"5 strangers told an intoxicated teenager that they would walk her to her car. Instead they took her to another location where they filmed gang raping her. Being motionless with her eyes closed doesn't equate consent. That isn't sexual abuse. It's rape", escribió.
"Cinco extraños dijeron a una adolescente borracha que la acompañarían andando hasta su coche. En lugar de eso, la llevaron a otro lugar donde se grabaron violándola en grupo. Estar inmóvil con los ojos cerrados no equivale a consentimiento. Eso no es abuso sexual. Es una violación", el tuit de Jessica Chastain.
Escribió además un segundo tuit. "Under Spanish law, the lesser offence of sexual abuse differs from rape in that it does not involve violence or intimidation." No intimidation? 5 strangers luring an intoxicated woman to an unknown location is incredibly scary & intimidating. How many women are killed each year?".
"Bajo la jurisdicción española, el delito de abuso sexual se diferencia de la violación porque no implica violencia o intimidación". ¿No hay intimidación? Cinco extraños llevando a una mujer borracha a un lugar desconocido es increíblemente aterrador e intimidante. ¿Cuántas mujeres son asesinadas cada año?", la puntualización de Jessica Chastain.
La alarma social que desató esta agresión a una joven por parte de cinco hombres en los Sanfermines de 2016, en Pamplona, ha demostrado el nivel de intolerancia hacia los delitos contra la libertad sexual.
Bajo el lema “Yo sí te creo”, las marchas mostraron que la sociedad, de forma mayoritaria, siempre creyó a la víctima y condenó a los agresores. Resultó hiriente e intolerable que difundieran su violación por las redes sociales e intentaran desprestigiarla durante el proceso.
Para la sociedad española, como para la Audiencia de Navarra, no hubo consentimiento por parte de la víctima y, por tanto, los cinco acusados cometieron un gravísimo delito.
Sin embargo, lo que se cuestiona en esta sentencia es la calificación del delito. Un sentido mayoritario considera que debía haber sido de violación, dado el relato de los hechos que la propia sentencia recoge. El Código Penal considera abuso y no agresión si no queda probada una violencia o una intimidación capaces, según la jurisprudencia, de doblegar la voluntad de la denunciante. Y de ello se han valido los jueces para dictar su sentencia.
Sin duda La Manada es una infame banda de depredadores sexuales. Pero un proceso penal es la suma de pruebas, no de opiniones.
En esta sentencia, tres magistrados de la Audiencia, que ha tardado cinco meses en comunicar su decisión, han coincidido en descartar la agresión sexual, porque no ha quedado acreditado que los condenados emplearan violencia ni intimidación contra la víctima. El cuarto magistrado, el voto discrepante, fue mucho más extenso que la sentencia de la mayoría. Y mostró beligerancia sobre los otros magistrados. Fue sorprendente comprobar que se han producido dos juicios diferentes.
Junto a la indignación por la sentencia, y el proceso que se abre ahora de recursos ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra y Tribunal Supremo, hay otra cuestión relevante.
Urge replantear la educación sexual desde el respeto a la dignidad personal. Urge inculcar valores en las relaciones humanas. Lo sucedido en Pamplona resulta totalmente intolerable e indigno en una democracia avanzada como España. Es una cuestión en definitiva de educación, respeto y dignidad que nos incumbe a todos.