En el plano político, un clima de fractura en las fuerzas secesionistas en Cataluña. Paralización del Parlamento de Cataluña, amenazas del expresidente fugado al PDeCAT, la hipótesis de posibles elecciones en el otoño, y maniobras de Pedro Sánchez que están dinamitando la unidad de las fuerzas constitucionalistas. Inés Arrimadas se mostró muy fime en trazar el nuevo relato.

En el plano jurídico, decisión coherente y razonada del juez Pablo Llarena del Tribunal Supremo. Rechazó definitivamente la entrega de Carles Puigdemont solo por el delito de malversación. El juez retiró la euroorden sobre él y el resto de los huidos.

Zanjado por lo tanto el pulso con el Tribunal de Schleswig-Holstein. Además, Pablo Llarena decidió no recurrir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Quedan retiradas las euroórdenes. Pero sí se mantiene la orden de detención nacional.

Carles Puigdemont podrá ser detenido se decide volver a España. Esta situación se prolongará durante 20 años, el tiempo que tarda en prescribir el delito de rebelión. El expresidente podría afincarse de nuevo en Bélgica o volver a España y asumir la responsabilidad total de su actuación: es decir, entregarse a la justicia.

En su auto el juez Pablo Llarena se ha mostrado rotundo. Subrayó "la falta de compromiso" del tribunal alemán con unos hechos "que podrían haber quebrantado el orden constitucional español". Decidió retirar las órdenes europeas e internacionales de detención contra Carles Puigdemont, así como las de Antonio Comin, Luis Puig, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Marta Rovira. Sí mantiene las órdenes nacionales de detencion. Todos serán detenidos si entran en España.