Desde el final del verano hay un clima de preocupación y crisis en los cuarteles generales de lo que le gusta calificar a Pablo Sebastián (actualmente presidente y fundador del diario digital República) como tigres de papel. De haber generado ingresos, y tener poder e influencia, en la escena de la izquierda desapareció Público, y El Pais se encuentra en un hervidero por sus ajustes y la polémica generada en torno a la gestión de Juan Luis Cebrián.

A la derecha, centroderecha y centroizquierda (por englobar con todos sus matices este espacio político), La Gaceta tras el fracaso de la operación Conde y sus crisis de directores, está en situación delicada. El Mundo, analizado muy escrupulosamente desde su casa matriz en Milán, vive en sobresaltos por no haber digerido lo que fue la compra de Expansión y Marca (todo el grupo Recoletos en su conjunto). La Razón ajustó sus cuentas dentro del poderoso grupo multimedia que es Planeta, que pasó de muy poderosa editora de libros a tener su cadena de radio (Onda Cero) y el grupo televisivo  de Antena 3 y La Sexta (la derecha y la izquierda juntas según definió en frase feliz José Manuel Lara Bosch).

Por su parte Vocento (resultado de la unión del Grupo Correo y Prensa España) pasó un duro trago en ajustes y correcciones de timón tras convertir ABC en su diario de cabecera. Pese al estigma de estar envuelto en pugna de clanes, en la actualidad Vocento, bajo el timón de su actual presidente, Enrique de Ybarra, y su consejero delegado, Luis Enríquez, viene sometiendo a un estricto control a todas las unidades de negocio de un grupo muy amplio, que es dueño además de los líderes de la prensa regional en nuestro país.

Desde el verano, como es conocido, existe un clima de diálogo entre los diferentes grupos editoriales para establecer sinergias empresariales. Este proceso está abierto en toda su dimensión lo que ha planteado -en el campo multimedia- el escenario de megafusiones. ¿Si Antena 3 y La Sexta lo hicieron, por qué no puede suceder entre competidores en la misma franja ideológica?

Fue así como surgió la presión de Unidad Editorial (cuyos números no cuadran) sobre ABC, como han recogido PR Noticias, El Confidencial y El Confidencial Digital (los llamados confidenciales en la jerga periodística). Se trataba, y se trata, del nacimiento de un nuevo periódico El Mundo de ABC como resultado de un proceso de absorción. ¿Pueden unirse el agua y el aceite? ¿Se puede plantear la desaparición de ABC? ¿La sociedad española, curada de espanto en esta larga crisis, lo aceptaría?

Antonio Fernández Galiano, el presidente ejecutivo de Unidad Editorial, que en el último momento amagó ante la oferta de convertirse en consejero delegado de Vocento -abriendo el salto de Luis Enríquez-, habría asegurado a RCS MediaGroup, el poderosos grupo editorial italiano que controla el 96% que la operación sería factible.

¿Una operación boomerang?

Habría contado con la mediación de Borja Prado, presidente de Endesa, además de presidente en España del banco italiano de inversión Mediobanca (que es el principal accionista de RCS). Sin embargo otros criterios en Mediobanca serían partidarios de explorar otras vías no españolas para la venta de un importante paquete de acciones.

El plan y la presión de Antonio Fernandez Galiano es fuerte pero la operación podría acabar en boomerang avivando la crisis en Unidad Editorial. Curiosamente frente a la crisis de todos los competidores a derecha e izquierda, Vocento, bajo su actual liderazgo de presidente y consejero delegado está trabajando de manera activa para reordenar sus unidades de negocios (los acuerdos en televisión y radio), examinar sus diarios y potenciar sus marcas en el escenario de Internet.

Paralelamente a estas grandes maniobras, que suscitan enorme morbo, se produjo el aterrizaje abortado de José María Bergareche en el lobby de editores, la AEDE. En la Asociación de Editores de Diarios españoles, AEDE, a la sorpresa mayúscula sucedió la prudencia. Esta crisis ha mostrado, entre otras cosas, falta de criterios y respuestas ante los procesos de migración de lectores y anunciantes.

Por su parte Mariano Rajoy considera que los medios deben afrontar la ley del mercado evitando, como hicieron otros presidentes, favorecer alianzas o intervenir en operaciones político-económicas. Lo sucedido este domingo fue ilustrativo de las cartas que están sobre la mesa.

Rajoy -como destacó Hechos de Hoy– fue fiel a su periódico de cámara, La Razón; Pedrojota jugó la carta de Aznar, que tiene gran amistad con Borja Prado; y ABC fichó a Esperanza Aguirre que no cerrado su vida política. ¿Necesitan aún más claves?