Ruptura consumada entre Petróleos Mexicanos (Pemex) y Repsol culminando la falta de química entre Emilio Lozoya Austin y Antonio Brufau. No fue ninguna sorpresa porque decisiones en el consejo de Repsol– sobre todo el nombramiento del expolítico del PNV Josu Jon Imaz como nuevo consejero delegado, asunto que destacó Hechos de Hoy– disgustaron a Pemex.

La decisión de Pemex se produjo antes de la visita a España de Enrique Peña Nieto y en el marco de un martes en el que hubo compás de espera y prudencia en el IBEX 35 a la espera de las decisiones de Mario Draghi y los resultados del nuevo consejo del Banco Central Europeo (BCE), la reunión de este jueves. La prima de riesgo se situó en el cierre del martes en 145 con bono a 10 años en 2,85% y un final en rojo del IBEX 35 (-0,47) perdiendo la frontera del 10.800. El ambiente sin embargo es de confianza tras una semana que en el plano político comenzó con la enorme sorpresa de la abdicación del Rey Juan Carlos I, noticia recibida sin ningún vuelco sino total confianza en los tiempos nuevos y en el clima de renovación que se abrió.

En los asuntos de Pemex, que polarizaron la atención en la tarde del martes, la petrolera mexicana puso a la venta el 7,86%, un paquete valorado en 2.171 millones de euros según comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) -104.057.057 acciones-. Pemex fue hasta ahora el segundo accionista de Repsol, solo por detrás de CaixaBank (11,83%), y por delante de Sacyr (9,23%), de la firma de inversión Singapore Tesamek (6,26%) y la estadounidense Blackrock (3%). El secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, ya anticipó recientemente que la venta de la participación de Pemex en Repsol "no sería mala decisión". Supone un repliegue en momentos importantes para México con las reformas de Peña Nieto y un deseo de zanjar un clima de tensiones entre ambas petroleras.