Artur Mas compareció ante los medios sabiendo que su plan soberanista para Cataluña había fracasado, en una noche electoral que fue seguida por Hechos de Hoy. Pese a los 50 escaños logrados, Convèrgencia i Unió se quedó muy lejos de la mayoría absoluta ansiada por Mas, y su intervención pública dejó entrever su malestar pese a la victoria. Aunque dejó claro que continuará al frente de su formación, Mas admitió haber quedado “lejos” de su objetivo, algo que atribuyó a la mala situación económica global.
Dicho esto, defendió que CiU tiene que formar gobierno, que él será presidente y llamó a pactos estables, dentro o fuera del Gobierno. "Es evidente que CiU no tiene la fuerza suficiente para liderar sola el gobierno y el proceso. Hemos quedado muy lejos de la mayoría excepcional que pedíamos", admitió el reelegido presidente de la Generalitat. Sin embargo, Mas dijo no sentir ningún arrepentimiento por haber adelantado los comicios.
Su proyecto soberanista sigue, pese a todo, "adelante", pues "Cataluña no debe renunciar a ello", y exigió "corresponsabilidad" al resto de fuerzas políticas que comparten el objetivo de convocar a los ciudadanos para opinar sobre el estatus de la región al margen de España. Mas justificó el descenso de la coalición nacionalista en base al desgaste derivado de la gestión de la crisis y los recortes que "ha llevado a los gobiernos a perder sus sus mayorías y pasar a la oposición".
Otra razón, según Mas, es el cambio en el programa electoral que, por primera vez, ha sido claramente soberanista. En este punto, el líder de CiU hizo un guiño a ERC, que se convirtió en el ganador simbólico de la noche al constituirse como la segunda opción más votada con 21 diputados, pro encima de los socialistas catalanes.
"El bloque soberanista ha salido reforzado y, dentro de este bloque, quienes más han salido reforzados han sido los que han hablado más claramente de independencia, que hemos sido nosotros, y también han ganado aquellos que hemos puesto un acento más social, los que hemos hablado constatemente de construir una alternativa más justa y eficaz en nuestro país", analizó Oriol Junqueras, que tiene en su mano condicionar a Artur Mas y apremiarlo en pos del referéndum de autodeterminación.
Junqueras prometió que ERC "estará a la altura de la responsabilidad histórica" y buscará la "fórmula más adecuada" que culmine en un referéndum. El partido que se vio condicionado por el ascenso de la izquierda independentista fue el PSC, que perdieron ocho escaños y alcanzaron los peores resultados en esta comunidad de los últimos treinta años.
Con 20 escaños logrados, Pere Navarro, que se escudó en su posición de segunda fuerza política (pues pese a tener un diputado menos ganaron a ERC en 28.000 votos), afirmó que los socialistas catalanes seguirán trabajando los futuros referentes al frente de Cataluña. Según Navarro, el verdadero fracaso de los comicios fue el de Artur Mas, y opinó que los resultados de su partido no fueron tan malos como auguraban las encuestas.
Subidas y bajadas
El resto de fuerzas también aportó su visión sobre el respaldo recibido e hizo balance de las consecuencias que se desprenden de las elecciones catalanas. El Partido Popular consiguió los mejores números de su trayectoria en Cataluña, por lo que Alicia Sánchez Camacho destacó los 19 escaños como un dato "histórico".
Para la líder popular, Mas y CiU son los "grandes perdedores", y "deben reconocer públicamente su error". Sánchez Camacho agradeció a los votantes de su partido "que han interpretado el mensaje y han entendido que hay que trabajar para sacar a Cataluña de la crisis y para crear empleo". En su opinión, los comicios eran "trascendentales" para la unidad de España", y el PP "ha conseguido que los que querían separarnos del resto del país, fracasen".
Por otro lado, Iniciativa-Esquerra Unida no ha podido capitalizar todo el descontento de los ciudadanos contra los recortes de Artur Mas. Pese a ser el partido que ha abanderado las protestas en el ámbito social y educativo, los ecosocialistas de Joan Herrera solo lograron sumar tres escaños a los 10 que consiguieron en 2010.
Los principales movimientos ascendentes en la izquierda hay que buscarlos en Ciutadans (9) y la Candidatura de Unidad Popular (3), que han recogido voto descontento de los márgenes del sistema. Albert Rivera definió como "fracaso estrepitoso" los resultados de CiU en estos comicios, y exigió a Mas su dimisión porque, de no hacerlo, su formación presentará una moción de censura.
"Este presidente no puede presidir Cataluña, porque ha sacrificado la convivencia, la unión y la estabilidad económica. Le pedimos a CiU, y lo avanzo, que busquen apoyos y una ronda con el resto de partidos, porque queremos otro presidente. No queremos que él gobierne", dijo Rivera ante sus militantes. Además valoró sus resultados como "muy positivos" y aseguró que "se ha demostrado que la Cataluña real ha estado silenciada durante mucho tiempo, que tenía miedo a ser señalada por sentirse catalana y española y por sentirse catalán, español y europeo".
La CUP fue el otro partido situado en los margenes del sistema que cosechó un buen resultado al entrar en el Parlamento. No lo había intentado nunca hasta la fecha pese a tener cierta implantación en los ayuntamientos, especialmente de Girona. Con una campaña no tradicional, muy basada en las redes sociales, en el boca oreja y en actos de pequeño formato en los barrios modestos, la CUP se benefició del malestar social y de algunos votantes independentistas del movimiento 15-M, y consiguió tres diputados.