Tres cuestiones urgentes del Informa Draghi, pedido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen:

— Reclama inversiones por 800.000 millones para evitar una agonía europea.

— Urge a desburocratizar la Unión Europea para elevar la competitividad  en innovación y tecnología y recuperar gastos de defensa.

— Plantea huir de soluciones de blanco o negro en la transición ecológica para proteger al sector industrial.

Aldabonazo de Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE), en Bruselas. Su informe, el ya llamado Informe Draghi. lleva el foco sobre la necesidad de aumentar la competitividad europea, impulsar el crecimiento económico, asegurar el bienestar social e impulsar la transición verde.

Son palabras que recerdan a su discurso en Yuste, en España, ante el Rey Felipe VI. Analistas políticos y económicos destacaron a Hechos de Hoy este Informe Draghi. Está  llamado a convertirse en la agenda política y económica  de la presidenta de la Comisión Ursula Von der Leyen (VDL). Fue un acierto de Von der Leyen encargarle esta visión de calado sobre los retos urgents de la Unión Europera.

Mario Draghi advierte especialmente que Europa se ha quedado atrás en la carrera de la productividad y la innovación respecto a Estados Unidos y también frente a China. Y habla además de una Europa que se hace vieja en lugar de buscar un aire joven e innovador. 

“Europa necesita un crecimiento más rápido de la productividad para mantener tasas de crecimiento sostenibles frente a una demografía adversa”. Lo afirma quien es además exprimer ministro de Italia y la figura político-económica más respetada hoy en Europa.

El informe habla de un círculo vicioso de “baja inversión y baja innovación”. Y advierte de lo sucedido en Estados Unidos y en Europa.

“A lo largo de las dos últimas décadas, las tres empresas estadounidenses que más han gastado en Investigación e Innovación han pasado de las industrias del automóvil y farmacéutica en la década de 2000, a las empresas de software y hardware en la de 2010, y luego al sector digital. Por el contrario, la estructura industrial de Europa ha permanecido estática, con las empresas de automoción dominando sistemáticamente el top 3″.

Atención a su mirada sobre la población.

“De aquí a 2040, se prevé que la población activa de la Unión Europea se reduzca en cerca de dos millones de trabajadores al año”. “La proporción entre trabajadores y jubilados pasará de 3:1 a 2:1”. Y y la caída de la fuerza laboral no se verá compensada con la inmigración. “La inmigración neta positiva no compensa el declive demográfico de la Unión Europea”.

Insiste en la necesidad de equilibrar el proceso de descarbonización con la competitividad y el crecimiento económico.

“Europa debe enfrentarse a algunas decisiones fundamentales sobre cómo seguir su senda de descarbonización preservando al mismo tiempo la posición competitiva de su industria. Las soluciones en blanco y negro tienen pocas probabilidades de éxito en el contexto europeo”.

Pero habla de la descarbonización de manera más pausada y equilibrada. La transición verde ya no debería ser una prioridad tan marcada en este segundo mandato de Von der Leyen.

Considera que es necesaria una inversión de casi un 5% del PIB de la Unión Europea (entre 750.000 y 800.000 millones de euros anuales).

Las partidas que más destacan son los 450.000 millones que irían destinado al ámbito energético y los 150.000 adicionales que tendrían como objetivo convertir a Europa en un “líder tecnológico”.

También aborda la necesidad de acelerar en la unión bancaria, en que las empresas tengan mayores opciones de financiación y, también, en que los mercados de capitales tengan más alicientes y facilidades para apoyar a compañías incipientes.

Advierte que Europa sufre una sobrerregulación que lastra de manera muy notables a las empresas.

“En Estados Unidos se promulgaron alrededor de 3.500 medidas legislativas y unas 2.000 resoluciones durante los últimos tres mandatos del Congreso [2019-2024]. En el mismo periodo, en la UE se aprobaron alrededor de 13.000″.

Incide en que la situación geopolítica “crea nuevas necesidades de gasto en Defensa y en industria de Defensa”. Draghi insiste en que es necesaria una “inversión masiva” en este ámbito.

Un muy serio aldabonazo que Ursula von der Leyen agradece y asume como su joja de ruta personal para su segundo mandato.