Luto en el Tribunal Supremo de Estados Unidos al mismo tiempo que se abre un vivo debate sobre el relevo inmediato del juez Antonin Scalia y la oportunidad de que se nombre en plena campaña de las elecciones presidenciales (ver en Hechos de Hoy, Barack Obama bajo la sombra de Ronald Reagan en la muerte de Antonin Scalia).
En el Partido Demócrata y el Partido Republicano hay diferentes sensibilidades.
El líder de la mayoría republicana en Senado, Mitch McConnell, amenazó con vetar a cualquier sustituto que proponga Barack Obama al considerar que el próximo presidente debe elegir al nuevo juez. Consideró que la sucesión de Antonin Scalia debe permanecer abierta hasta que Barack Obama deje la Casa Blanca, dentro de 11 meses.
En una entrevista en el programa State de Union de CNN, Jeb Bush dijo que la decisión depende de Mitch McConell, y que para él "no es importante" si hay una votación hasta que Barack Obama deje el cargo. Esta postura, sin embargo, no es compartida en el Partido Republicano.
Por su parte el líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, apuntó que Barack Obama debe de enviar al Senado un candidato de forma "inmediata". Recordó además que el Senado "tiene la responsabilidad de llenar las vacantes tan pronto como sea posible".
"No tendría precedentes en la historia reciente que el Tribunal Supremo de Estados Unidos estuviera un año con plazas vacantes. Sería un vergonzoso abandono de nuestra responsabilidad constitucional", subrayó Harry Reid.
Durante sus dos mandatos en la Casa Blanca, Barack Obama ha nombrado a dos juezas de perfil progresista: Elena Kagan, judía y designada en 2010; y Sonia Sotomayor, católica, divorciada y la primera latina del Tribunal Supremo. Para analistas en Washington, el presidente debe acometer la sucesión rápidamente. En las primeras especulaciones, los nombres de Sri Srinivasan, un juez de ascendencia india del Distrito de Columbia; Jane Kelly; Paul Watford; y la fiscal general de California, Kamala Harris.