Sara Sálamo decidió asistir a los Premios Goya sin maquillaje “para fomentar la naturalidad y para que nos sintamos cómodas siendo nosotras mismas. Asistió con un vestido de Armani, una joya de Rabat, sin maquillaje “y con la cara lavada“.
“Cuando le he comentado a la gente mi idea de ir sin maquillar a los Goya, me ha sorprendido el que a alguien le pueda parecer un acto de valentía que me muestre tal y como soy. Esa fue la señal que me hizo seguir adelante con esta acción. Me gustaría que no fuera noticia ni titular que una mujer acuda a un evento sin maquillaje o sin depilar. ¡A ellos no les pasa!”, señaló.
Todo surgió de conversación con Isco, el ex futbolista del Real Madrid, Sevilla y Málaga, que ahora busca equipo tras cerrarse el mercado de invierno y no fichar por el Unión Berlín.
“Fue tal el vértigo que sentí al fantasear con la posibilidad, que entendí que era el momento de hacerlo. Comencé a replantearme qué era el maquillaje para mí y llegué a la conclusión de que no es tan opcional como creía. Quizás sí lo es en el día a día, pero cuando se trata de un evento importante, una boda o una gala, no lo es. Creo que no existe debate sobre si (únicamente nosotras) debemos maquillarnos o no”.
“El mero hecho de observar lo que nos rodea y plantearnos si lo que hacemos actualmente se lleva a cabo por inercia o porque comulgamos con ello es importante. Por supuesto, el cine también está cambiando en ese sentido. Ahora las mujeres también están al mando en algunas producciones y están escribiendo y produciendo, algo que nos está llevando a ver personajes femeninos de verdad en la pantalla más allá del cliché de mujeres heteronormativas perfectamente maquilladas y acicaladas que apoyan y sustentan la trama masculina”.