Una gran sorpresa en Brasil. Las encuestas habían trazado un escenario en un puño entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad. Erraron totalmente.
La necesidad imperiosa de lucha contra el crimen organizado y la violencia han llevado en volandas al candidato de la ultraderecha, un populismo radical, a una victoria rotunda en la primera vuelta al filo de lograr el KO sobre Fernando Haddad.
Muy significativo que en las grandes metrópolis como Rio de Janeiro y Sao Paulo, Jair Bolsonaro se ha impuesto no sólo en los distritos ricos sino en barrios de clase media baja.
De 63 años, capitán retirado, diputado y líder del Partido Social Liberal (PSL), Jair Bolsonaro pulverizó al candidato del Partido de los Trabajadores. Para analistas en Sao Paulo, Rio de Janeiro y Brasilia, el fenómeno del populismo de ultradercha no repica exactamente el modelo de Donald Trump. No es tanto un Trump tropical sino las formas de hacer de Rodrigo Duterte en Filipinas. Ya no refleja tanto el hartazgo sino la necesidad de un perfil de corte radical para luchar contra el crimen y la violencia. Ese perfil llegó y es el de Jair Bolsonaro.