Atención a los hechos de hoy en Turquía -país clave en el flanco sur de la OTAN y encrucijada entre Europa, Asia y Oriente Medio- a tres cuestiones abiertas:
2. ¿Está preparado Recep Tayyip Erdogan para ser derrotado y abandonar el poder? ¿Aceptaría su derrota?
3. ¿El líder socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu (KK) tiene un plan y está preparado para gobernar? El denominado Gandhi Kemal, el líder inesperado que desafía a Erdogan, es un economista austero de 74 años que ha logrado unir a seis partidos opositores y alienta a que los jóvenes lo critiquen. Sobrevivió a varios ataques violentos y prometió el regreso de la democracia en un país cada vez más autoritario.
Incertidumbre total en Turquía. Las elecciones del domingo no han iluminado un escenario definido.
Ninguno de los candidatos logró más del 50% del voto para imponerse en la primera vuelta. Con más del 95% escrutado, todo apunta a una segunda vuelta tras un escrutinio bronco, de líos, reclamaciones y denuncias de irregularidades.
En base a los datos de la agencia oficialista Anadolu y de la agencia independiente Anka, Erdogan partiría con cierta ventaja al haber obtenido el 49% de los votos frente al 45% de Kiliçdaroglu. El tercer candidato, el ultranacionalista Sinan Ogan, obtuvo el 5% de los votos. Su decisión de apoyar a un candidato u otro podría decantar el voto. Aunque muchos analistas lo ponen en duda.
En las elecciones legislativas, estos resultados apuntan a que la alianza gubernamental (compuesta por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) de Erdogan; el MHP de extrema derecha; y varias formaciones de tendencia fundamentalista) mantendrá la mayoría en el Parlamento. Lo conseguiría ante la división entre partidos de la alianza de la izquierda kurda y a unos resultados peores de lo esperado para la formación centroizquierdista Partido Republicano del Pueblo (CHP), que lidera Kiliçdaroglu. Lograron cerca de una decena de diputados menos respecto a lo previsto por los sondeos.
Atención a que el opositor Kiliçdaroglu acusó a la alianza gubernamental de estar “bloqueando la voluntad popular mediante objeciones a las actas” cuando todavía quedaban por computar oficialmente más de 10 millones de votos.
El analista Murat Yetkin alertó de irregularidades. “En las grandes ciudades industriales y comerciales, se están obstruyendo los resultados mediante y obstáculos de transporte”, advirtió en Twitter.
Los alcaldes de Estambul, Ekrem Imamoglu, y de Ankara, Mansur Yavas, ambos del CHP y candidatos a vicepresidentes en caso de victoria opositora, han llamado a la calma y a la esperanza.
“Ya nos hicieron vivir este escenario. Estamos viendo la misma película. No os creáis cuando digan que han ganado, seguidnos a nosotros”, denunció Imamoglu. Se refirió a la noche electoral de las municipales de 2019 cuando Anadolu mostró durante horas como vencedor al candidato progubernamental a la alcaldía de Estambul para detener la transmisión cuando la candidatura opositora empezaba a remontar.
A destacar una gran afluencia a las urnas y una participación cercana al 89% del electorado.
Por el momento sólo grandes interrogantes, Turquía no tiene experiencia en segundas vueltas. La elección popular del presidente solo ha tenido lugar en dos ocasiones (2014 y 2018) y en ambas Erdogan salió elegido con el 52% de los votos en la primera vuelta .
Se vive una gran guerra de nervios seguida con atención en Berlín donde circulan los mayores medios de información turcos y está el corazón de la diáspora turca.
