El principal foco de las primarias de Nueva York estuvo sobre la exsecretaria de Estado y exprimera dama. Tras una cadena de victorias de Bernie Sanders había una inusitada expectación sobre verificar el estado de la fortaleza de su ambición (ver en Hechos de Hoy, Nueva York examina a Hillary Clinton, Bernie Sanders y Donald Trump).
Hillary Clinton superó el momento psicológico más importante de su campaña. Demostró que tiene toda la fuerza, salud y convicción para marcar un nuevo hito en la historia de los Estados Unidos. Ahora sí se puede afirmar que camina con decisión para convertirse en la primera mujer en la Casa Blanca tras el triunfo sin precedentes de Barack Obama, el primer presidente afroamericano. Y que en el momento final puede ser a la vez la candidata demócrata que robe el corazón a los republicanos.
Nueva York no le falló a Hillary. Dos veces elegida senadora por este estado, logró el 59% de los votos, a 20 puntos de diferencia respecto al senador de Vermont, Bernie Sanders. Superó las expectativas de las encuestas en 10 puntos.
Euforia en el hotel Sheraton de la calle 53 de Manhattan. "Habéis demostrado que no hay ningún sitio como casa. Neoyorquinos, siempre habéis tenido mi corazón”. Fue el mensaje de Hillary, emocionada, al masivo espaldarazo a su carrera presidencial, y al mensaje enviado a la nación de estas primarias.
Aunque fue una sorpresa la dureza de la campaña frente a Bernie Sanders. Hillary ha demostrado su garra especial,. la talla de su liderazgo, la competencia en los debates. No son sólo cuestiones domésticas. Quiere devolver grandeza moral al rol de Estados Unidos en el mundo. Y sabe además la enorme importancia que tendrá su llegada, como mujer, a la Casa Blanca en victoria pedagógica. Que no será una cuestión de rotación de dinastías (los Clinton después de los Bush) sino de convicción. El camino de la victoria por primera vez está abierto.