Francisco quedó impactado por el dramátizo azote del huracán Matthew a Haití y el balance que se va conociendo de los diversos organismo internacionales y ONG que trabajan en el país (ver en Hechos de Hoy, Matthew de Haití a Carolina del Norte, una ola de destrucción).
El Papa expresó su "confianza en el sentido de solidaridad" de la comunidad internacional y de las comunidades católicas para asistir a la población de Haití.
"He conocido con dolor las graves consecuencias provocadas por el huracán que en los últimos días ha afectado al Caribe, en particular a Haití, saldándose con numerosas víctimas y desplazados además de ingentes daños materiales. El Papa trasladó su cercanía a las personas afectadas y expresó su "confianza en el sentido de solidaridad de la comunidad internacional, de las instituciones católicas y de las personas de buena voluntad". "Os invito a todos a uniros a mi oración por estos hermanos y hermanas, tan duramente damnificados", exhortó el Papa.
Un huracán devastador
El Gobierno de Haití ha asegurado que la situación es catastrófica en el sur del país y ha apelado a la ayuda internacional. Se declararon tres días de luto.
La mayoría de las muertes se han producido en Les Cayes, Dame Marie y Jeremie, en el departamento Sur. Los organismos de emergencia continúan tratando de llegar a comunidades severamente afectadas por el huracán que obligó al aplazamiento de las elecciones generales.
El acceso al departamento de Grand Anse, en el suroeste, severamente afectado, está limitado al transporte aéreo.
El presidente interino de Haití, Jocelerme Privet, reconoció que en el futuro este país deberá construir de una manera más segura.
Los dos primeros de aviones de carga con ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos llegaron al aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe. Jocelerme Privert confirmó y agradeció las primeras ayudas. Haití no ha superado todavía los estragos del terremoto de 2010 que dejó 300.000 muertos, cantidad similar de heridos y 1,5 millones de damnificados.