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SIRIA Y COREA DEL NORTE

Francisco insiste en la gravedad del tráfico de armas y el círculo de la violencia

Las altas tensiones en torno a Siria y Corea del Norte, la gravedad de la oscura matanza de jugadores que se intentó en Alemania, y el sufrimiento y desgarro en Venezuela, son la extrema inquietud del Papa.

Hechosdehoy / Hechos de Hoy / Mario M. García
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Declaraciones del papa Francisco a Paolo Rodari, en el periódico La Reppublica, en el marco general de la Semana Santa y de este Jueves Santo.

A Francisco le llena de tristeza, y le preocupa enormemente, la falta de seguridad en la provincia de Buenos Aires así como en la Argentina, el poder del crimen organizado y los narcos en su país, la falta de educación, y el salvajismo de los asesinatos de niñas y jóvenes. Le impactó el crimen de Micaela García llamando a sus padres para expresarles su apoyo y solidaridad. Tiene un profundo amor por su país y su querida Buenos Aires.

Pero también le preocupa enormemente que se intentara matar a jugadores en la Bundesliga y que haya atentados en Europa sin una explicación coherente de quien mueve los hilos o manda ejecutarlos. Si es que hay un plan terrorista. Le preocupa por tanto lo que puede suceder en las elecciones de Francia y Alemania y las hipótesis de que se trate de influir en el voto al margen de las campañas.

Por todas las cuestiones señaladas, al Papa le inquieta sobre todo -junto a la dramática situación en Venezuela– que haya una intervención militar de los Estados Unidos de Donald Trump en Siria o en Corea del Norte. Donald Trump aún no ha solicitado una audiencia con  el Papa. Francisco tendrá las puertas abiertas se si produce esa llamada. Y su mensaje será el mismo que enfatizó a Barack Obama. "La violencia no es la cura para nuestro mundo roto", como destacó a Paolo Rodari.

"A mí solo me queda desear con más fuerza la paz para este mundo, que está subyugado por los comerciantes de armas que ganan dinero con la sangre de los hombres y las mujeres", afirmó antes de comenzar las celebraciones de Jueves Santo y Viernes Santo

Reconoce que no es fácil determinar si el mundo actual es más violento que antes o si los medios de comunicación modernos y la movilidad crean una mayor consciencia sobre la violencia o hacen que nos acostumbremos a ella.

"Todos podemos cometer errores. Todos ya nos hemos equivocado de una manera u otra", señaló. "Cuando estoy delante de un preso, me pregunto por ejemplo: por qué él y no yo? ¿Yo valgo más que el que está dentro? ¿Por qué cayó él y no yo? Este es un misterio que me hace acercarme a ellos", fue su reflexión.

"Pienso que hoy el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras, en las diversas formas de violencia y maltrato, en el abandono de los más frágiles. El precio lo pagan siempre los últimos, los indefensos", clamó.

"Me viene pedir con más fuerza la paz para este mundo sumiso a los traficantes de armas que ganan con la sangre de los hombres y mujeres", insistió Jorge Bergoglio. Esta inquietud y este llamamiento figurarán en todos los actos de la Semana Santa en Ciudad del Vaticano y Roma, y en la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro.

"¿La violencia permite alcanzar objetivos de valores duraderos? ¿Todo lo que se obtiene no es quizás solo desencadenar represalias y espirales de conflicto letales que llevan beneficios sólo a unos pocos señores de la guerra?",  advirtió el Papa. 

"Lo he dicho muchas veces y lo repito: la violencia no es la cura para nuestro mundo roto", destacó. "Responder a la violencia con la violencia conduce, en la mejor de las hipótesis, a la migración forzada y un inmenso sufrimiento, ya que grandes cantidades de recursos se destinan a fines militares y se sacan de las necesidades diarias de los jóvenes, las familias en dificultades, los ancianos, los enfermos, los gran mayoría de los habitantes del mundo", denunció Francisco.

"En el peor de los casos puede llevar a la muerte, física y espiritual, de muchos, si no todos", dijo Francisco con una mirada desoladora sobre la falta de una cultura de la paz en la globalización. "El siglo pasado estuvo devastado por dos guerras mundiales homicidas, conoció la amenaza de la guerra nuclear y un gran número de otros conflictos, mientras hoy lamentablemente estamos atrapados con una terrible guerra mundial por partes", fue el énfasis de Francisco antes de la misa crismal en la basílica de San Pedro, y el acto de lavar los pies a reclusos de la cárcel de Paliano, a 75 kilómetros al sureste de Roma.
 

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