Domingo emocional para Francisco en Ciudad del Vaticano antes de su primer viaje a África. Pendiente de todo lo que sucede con su patria natal, Argentina, con la misma atención y respeto que envolvió a Juan Pablo II con todo lo que aconteció a su querida Polonia.
Siguió por la tarde, y fue informado al minuto, de la jornada electoral en Argentina con un inédito ballotage, segunda vuelta.
En la etapa final de la campaña electoral el Papa fue cuidadoso en todos los detalles. Evitó además, hasta el último momento, que no se tergiversaran sus palabras y actitudes. Muy seguramente, admitieron fuentes vaticanistas a Hechos de Hoy, habría recibido con gusto la visita de la presidenta si la Casa Rosada lo hubiera pedido.
Pero no fue así porque Cristina Fernández de Kirchner suspendió su asistencia a la cumbre del Grupo de los 20. El Papa, antes de su inmediato viaje a África, tendrá el cuadro de la nueva Argentina que nace y sus equilibrios. Francisco desea que sea un tiempo de reflexión, respeto y convivencia.
En la última etapa de Argentina, Francisco ha estado muy próximo a Cristina Fernández de Kirchner. Han sido audiencias largas y gestos de aprecio. Se puede subrayar además que la cordialidad se ha sentido y expresado por ambas partes. Pero muy especialmente por parte de Francisco. Ha sido su contribución especial de enviar mensajes continuos de reconciliación a su país. Sabe mejor que nadie, con los años vividos en Buenos Aires, que nada será fácil para Cristina Fernández de Kirchner tras doce años y medio de poder.
Cristina nunca hubiera imaginado la súbita muerte de su marido, Néstor, y su paso al frente de primera dama a presidenta en la Casa Rosada. Ahora, vivir el final de su mandato no ha sido fácil. Afrontar y escribir el futuro tampoco lo será. Precisamente por conocer la complejidad del momento, pero también las oportunidades que se abren, Francisco estará atento a influir de forma positiva para unir voluntades, se asegura en Roma.
La presidenta votó en el colegio Nuestra Señora de Fátima, de Río Gallegos. Las preguntas fueron insistentes sobre si estaría abierta a un "diálogo con Macri". Cristina no respondió. Sólo al final, ante la insistencia de un pregunta, se volvió y puntualizó. "¿Algo? Pero noooo, si es un hombre casado". Confundió "algo" con "diálogo". Fue la anécdota divertida pero también la señal de que hay nervios en la Casa Rosada por conocer los nuevos escenarios. Es el mismo interés que siente Francisco y sus colaboradores más íntimos y próximos, especialmente su número dos.