Esta imagen es del 1 de enero de 1960 y pertenece al Archivo Hulton. Fue tomada en el andén de un almacén de mercancías de La Habana. Según el pie de foto de Getty, se trata de campesinos que esperan el tren de regreso a sus pueblos, después de manifestarse a favor de la Reforma Agraria y de jurarle lealtad a Fidel Castro.
Como viví toda mi infancia en una estación de ferrocarril, recuerdo a muchos trenes que iban o volvían de mítines, actos y concentraciones. Aun cuando cargaban personas, la mayoría de las veces llevaban vagones para el transporte de caña o ganado. Pasaban tan despacio que parecían avanzar en cámara lenta.
Cuando se dirigían al acto, la gente sacaba las cabezas por los barrotes de hierro o madera, agitando banderas y vociferando. Cuando volvían del acto, la mayoría dormía. Si el tren se detenía para dejar pasajeros o cruzarse con un tolvero, los que permanecían despiertos pedían agua por señas (habían perdido la voz gritando consignas).
Pasado mañana esta imagen cumplirá 56 años. Con las décadas, el viaje de los cubanos hacia el 1 de enero se fue tornando cada vez más angustioso y precario. Todos fuimos perdiendo la voz, pero a fuerza de permanecer callados. Por inexplicable que parezca, los pocos que siguen agitando banderas lo hacen para pasar desapercibidos.
Pasado mañana esta imagen nos parecerá más inútil que ayer y todavía más que antes de ayer. Pero hay que tener fe, que todo llega; incluso el tren que debe llevar a los hijos y los nietos de esos hombres al futuro. ¡Feliz viaje a 2016, cubanos!