Nieva en la Ávila que espera a Adolfo Suárez. Mañana fría en la capital, con el centro de Madrid paralizado, y emocionado, en la despedida, muy solemne a Adolfo Suárez González, duque de Suárez.
El lunes, primer día de luto oficial, el foco estuvo en los actos en el Congreso de los Diputados donde se pudo visualizar, con el paso del tiempo, la imagen de los protagonistas de los días de la Transición. Fueron momentos emocionantes la presencia del Rey y de la Reina. El abrazo de Juan Carlos I a Adolfo Suárez Illana se convirtió en el símbolo de la gratitud del monarca, al borde de las lágrimas, a la lealtad de aquel joven gobernador civil de Segovia que le sedujo con su audacia al conocerle cuando aún era Príncipe.
Emocionante igualmente -como contó Hechos de Hoy– la presencia del Príncipe. Don Felipe y Doña Letizia, muy serioa ante los restos mortales de Adolfo Suárez. Para Felipe de Borbón y Grecia el salto atrás en su vida, cuando dudaba entre los deberes del colegio o seguir las llamadas por teléfono de su padre para ponerse en contacto con los capitanes generales y parar el golpe de Estado.
No hubo polémicas en la capilla ardiente pero sí matices. Artur Mas, presidente de la Generalitat, quiso estar en Madrid y dejar la huella de sus declaraciones políticas. Fue el único que lo hizo. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, equiparó por su parte las figuras de Adolfo Suárez y Mariano Rajoy.
A ambos contestó con finura Miquel Roca Junyent, uno de los padres de la Constitución, el abogado muy unido al Rey, que asumió además la defensa de la Infanta Cristina de Borbón y Grecia en el espinoso caso Nóos. Roca destacó "que Adolfo Suárez habría tratado de escuchar y entender", llamó a no instrumentalizar la figura del expresidente y criticó abiertamente las declaraciones de Margallo. “Mariano Rajoy y Adolfo Suárez son dos estilos completamente contradictorios”. En declaraciones a Josep Cuní en el programa 8 al día, Roca sintetizó con precisión los sentimientos vividos el lunes, en el primer día de luto oficial.
Subrayó la "voluntad de pacto" y el esfuerzo para "entender al adversario" de Adolfo Suárez, durante la Transición. Defendió su papel y su "capacidad de seducción". Y aplaudió el homenaje en el Congreso de los Diputados por parte de la clase política y especialmente por los ciudadanos.
A su regreso a Barcelona, tras haber visitado con recogimiento la capilla ardiente, insistió en su mensaje de "no instrumentalizar" la figura de Adolfo Suárez -en ninguna de las direcciones- y rechazó la visión del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, en las que dijo que Adolfo Suárez habría actuado como está haciendo el presidente Mariano Rajoy en la cuestión de Cataluña.
Para Roca, éste es "el estilo contrario" al de Adolfo Suárez. "No sé que habría hecho Adolfo Suárez. Sólo sé que habría tratado de escuchar y entender", señaló, denunciando al mismo tiempo el "intento de aprovechar de forma sectaria" el momento político. Destacó además que Adolfo Suárez "entendió" entonces que en Cataluña "había una singularidad" que se debía atender" y definió la vuelta de Josep Tarradellas desde el exilio o la restauración de la Generalitat provisional como actos "de gran coraje". De las negociaciones para el encaje de Cataluña en la nueva Constitución democrática, recordó que Adolfo Suárez siempre trató de comprender las razones de la parte catalana".
"Fue más un político de Estado que de partido: su proyecto fue conducir el país de una dictadura a una democracia". sentenció. Sobre las colas para despedir por última vez al primer presidente español de la democracia, Roca dijo que "reconocen un estilo de hacer política" que, a su juicio, "se echa en falta".
