Aunque los pactos se están desarrollando pegados a cada escenario, local o regional, el Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez envió la primera señal de que no busca ni quiere acuerdos con el Partido Popular (PP) o Ciudadanos. Aunque no logre el poder, acturá para sacar al PP de las instituciones. Su objetivo no es el de buscar empleo y crecimiento como primer objetivo, ni tener en cuenta las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy.
Sólo desde esta perspectiva se puede comprender el brusco giro en la alcaldía de Valencia, tercera ciudad de España, apoyando un gobierno municipal tripartito, y en tregando el poder municipal a la izquierda comunista nacionalista. Joan Ribó, de Compromis, será el nuevo alcalde de Valencia. Sucederá a Rita Barberá tras 24 años de gestión ininterrumpida.
La reacción de Ciudadanos, ante este giro imprevisto y radical del PSOE fue la de suspender todas las negociaciones en la Comunidad Valenciana. Joan Ribó, obtuvo nueve de los 33 concejales. Contará con los cinco del PSPV-PSOE de Joan Calabuig y los tres de València en Comú (la plataforma que apoya Podemos) de Jordi Peris. En total 17 (la mayoría absoluta) de los 33 concejales del Ayuntamiento de Valencia.
Ximo Puig, en contacto con Pedro Sánchez, ya había advertido de los dos escenarios: el pacto con la izquierda nacionalista y la extrema izquierda (Compromís y Podemos) o el centro izquierda (Ciudadanos). Optó por el primer escenario en lo que será un giro radical y profundo en la ciudad de Valencia.
Joan Ribo -como fue destacando Hechos de Hoy– promueve los huertos urbanos, prohibir los espectáculos con animales, menús escolares ecológicos, enseñanza gratuita en las guarderías de 0 a 3 años (priorizando cooperativas) y que la Fiesta del Orgullo Gay sea una festividad popular de Valencia. Quiere, sobre todo, extender el uso del valenciano de manera profunda a todos los niveles de la ciudad.