Raúl Castro y Barack Obama, en sus discursos en La Habana y Washington, reconocieron, agradecieron y destacaron la eficaz misión, realmente clave, del papa Francisco para restablecer relaciones diplomáticas, el principio del fin al embargo, y el comienzo de una nueva era en América.
Fue el momento, se señaló en medios vaticanistas a Hechos de Hoy, cuando se supo el gran secreto del Vaticano sobre el que Francisco no admitió chismes ni fisuras para no crear expectativas y a la vez que no se malograse. Celebró así su 78 cumpleaños con u. hito de primer rango en la historia de su papado, el momento que le hizo aún más grande. Supone a la vez para la Iglesia en América Latina un giro copernicano en influencia, capacidad mediadora y liderazgo político, social y moral.
En tres grandes misiones de paz Francisco no dudó en dar un paso firme en la escena internacional: los fuegos de Oriente Medio, la crisis entre Corea del Norte y Corea del Sur, y el pantano de Cuba. Después de su viaje a Jordania, Palestina e Israel, y su visita a Jerusalén, llamó a Mahmud Abas y Simón Peres a rezar por la paz en los jardines del Vaticano. Esta semilla quedó sembrada.
Pidió igualmente la reconciliación entre las dos Coreas. Seúl vivió una movilización sin precedentes en su viaje a Asia. China aceptó por primara vez la entrada en su espacio aéreo del avión del Papa.
Pero ha sido finalmente en torno a Cuba y Estados Unidos la misión más difícil, arriegada y ultrasecreta. Logró superar la desconfianza de Estados Unidos y Cuba y convertirse en un mediador confiable. Tuvo además la audacia y el coraje de poner su prestigio en juego –algo que irrita a sus enemigos en la Curia, la Administración del Vaticano-. De nuevo Francisco no miró a los riesgos y el precipicio sino a las necesidades.
Cuando era arzobispo de Buenos Aires, Francisco visitó Cuba. Conoce perfectamente toda la situación y las penurias morales y económicas. Tiene hilo muy directo con el arzobispo de La Habana, Jaime Lucas Ortega y Alamino. Es una persona de su máxima confianza con acceso a todas sus confidencias.
Esta larga mediación comenzó el 27 de marzo en la larga audiencia de Francisco a Barack Obama. Conectaron de forma inmediata y entonces Francisco, con arrojo, le planteó el reto, la necesidad y la oportunidad de un paso histórico en América con Cuba. En El Vaticano se confirmó esta versión, que impactó a Barack Obama.
El segundo paso, y muy decisivo, fueron las cartas de Francisco a Barack Obama y Raúl Castro. De forma oficial, El Vaticano desveló que Francisco les escribió "invitándolos a resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos partes". A la labor tenaz de la Iglesia en Cuba, con la visita de dos Papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI (en 1998 y 20129, se unió ahora la personalidad del primer Papa de América Latina, un jesuita audaz y creativo que no imagina nunca el inmovilismo como estrategia sino la acción.
En los datos de esta gran mediación secreta hay que apuntar las reuniones de dos delegaciones de Cuba y el vatino en octubre, así como la visita de Raúl Castro para reunirse con Francisco tras su viaje a Trquía. Todo ello se hizo de puntillas, con el mayor sigilo, y lejos de los focos. En el desenlace final, ahra se comprende por qué el secretario de Estado, John Kerry, viajara al Vaticano para entrevistarse con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y le pidiera ayuda para encontrar un destino para los presos liberados de Guantánamo.
El comunicado del Vaticano
Por su dimensión histórica y su interés, recogemos íntegro el Comunicado de la Secretaría de Estado:
"El Santo Padre se complace vivamente por la histórica decisión de los Gobiernos de los Estados Unidos de América y de Cuba de establecer relaciones diplomáticas, con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia reciente.
En el curso de los últimos meses, el Santo Padre Francisco ha escrito al Presidente de la República de Cuba, el Excelentísimo Señor Raúl Castro, y al Presidente de los Estados Unidos, el Excelentísimo Señor Barack H. Obama, invitándoles a resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos Partes.
La Santa Sede, acogiendo en el Vaticano, el pasado mes de octubre, a las Delegaciones de los dos Países, ha querido ofrecer sus buenos oficios para favorecer un diálogo constructivo sobre temas delicados, del que han surgido soluciones satisfactorias para ambas Partes.
La Santa Sede continuará apoyando las iniciativas que las dos Naciones emprenderán para acrecentar sus relaciones bilaterales y favorecer el bienestar de sus respectivos ciudadanos.
Vaticano, 17 de diciembre de 2014"
