Desde entonces, como ha informado Hechos de Hoy, se han abierto profundos interrogantes que han estado muy presentes en una día muy especial para Israel como ha sido este lunes 6 de mayo.
— Lo primero, es la reputación de Palestina. Hasta ahora Palestina estaba representada por la Autoridad Palestina con sede en la Franja de Gaza. Los territorios están divididos entre Cisjordania y Franja de Gaza. Con la existencia de dos grupos rivales: Fatah y Hamás.
— En las conversaciones urgentes e intensas desarrolladas por el director de la CIA y el secretario de Estado, Arabia Saudí ha instado a crear una estrctura política, aunque sea frágil, de lo que podría ser el Estado de Palestina. Ha planteado la posibilidad de que Palestina comprensa los territorios de Gaza, Cisjordania y una parte reducida de Jerusalén con la especial petición de que la explanada donde se alza la Mezquita de Al Aqsa este incluída en la nueva nación.
— Arabia Saudí ha planteado también una segunda iniciativa. La presencia simbólica de las banderas de Arabia Saudí y El Vaticano con pequeños destacamentos militares en la ciudad de Jerusalén. Se ha reaabierto por tanto el debate de que una parte de Jerusalén sea la capital de Israel y otra parte sea la capital de Palestina.
— Si se progresa en esta línea, significaría que Arabia Saudí avanzaría a convertirse en la gran potencia de Oriente Medio con influencia sobre e mundo árabe y el mundo musulmán. Se podría decir que nacería un nuevo poder imperial como el que tuvo el Imperio Otomano.
— En el nuevo escenario, la prioridad primera es la tregua en Gaza y la liberación de todos los rehenes incluyendo la entrega de los cadáveres de las personas fallecidas. El segundo objetivo sería sentar las bases del final de la guerra y la reconstrucción de Gaza.
— Pero también se abriria la salida ordenada y democrática, en un escenario de paz, de Benjamín Netanyahu de la escena política de Israel.
— En esta ecuación, todas las milicias potegidas y armadas por Irán empezarían a perder influencia y poder. Desde el momento en que Arabia Saudí reconozca oficialmente a Israel y Palestina, ni Hezbola en el Libano ni Hamás en Gaza tendrían un espacio político. No es política ficción.
De ahí la importancia del momento político actual. Se está rozando la paz y se está rozando un escenario de drama final y definitivo en Gaza. Si ese escenario de muerte y destrucción se impone, sus efectos serían devastadores en todas las direcciones, llegando el sismo hasta la Casa Blanca meses antes de elecciones cruciales en Estados Unidos.