Mariúpol "puede ser una línea roja" en las negociaciones con Rusia, asegueó el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania. Dmytro Kuleba señaló este domingo que la "situación" en Mariúpol "puede ser una línea roja" en las negociaciones con Rusia.
“La situación en Mariúpol es terrible, militarmente, y desgarradora”, dijo Kuleba en Face the Nation de CBS.
“La ciudad ya no existe. El resto del ejército ucraniano y un gran grupo de civiles están básicamente rodeados por las fuerzas rusas. Continúan su lucha, pero parece, por la forma en que se comporta el ejército ruso en Mariúpol, que decidieron arrasar la ciudad a toda costa”, agregó.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo anteriormente que cualquier otro crimen de guerra ruso haría imposible las negociaciones con Rusia. El ministro de Relaciones Exteriores dijo que anticipa la intensificación de los intensos combates en el este de Ucrania en las próximas semanas.
También señaló que espera “intentos desesperados de las fuerzas rusas de terminar con Mariúpol a cualquier costo”, y agregó que anticipa que continuarán los ataques con misiles en Kiev y otras ciudades de Ucrania.
Respondiendo a una pregunta sobre cuán importante es para él que un funcionario estadounidense de alto nivel visite Ucrania, Kuleba dijo que estaría feliz de ver al presidente estadounidense, Joe Biden, viajar al país.
“Sería un mensaje importante de apoyo para nosotros y, por supuesto, una reunión personal entre dos presidentes también podría allanar el camino para nuevos suministros de armas, de armas estadounidenses a Ucrania, y también para discusiones sobre la posible solución política", señaló.
Los soldados uranianos en la ciudad permanecen atrincherados en el complejo metalúrgico de Azovstal, en el sur de Mariúpol y escenario de las batallas más intensas en las últimas semanas. La ciudad, marcada por la destrucción y la crisis humanitaria, lleva semanas sitiada. Moscú asegura controlar ya toda el área urbana.
Se desconoce cuántos combatientes quedan en Mariúpol, cuya ubicación en el sudeste del país y a orillas del mar Negro convertiría su captura en el mayor logro ruso en una campaña que por ahora no ha tenido ninguno significativo.