El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, la voz más crítica en la Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo. Vetó ademas el que hubiera sido gran logro y medida ambiciosa y audaz, la propuesta de reforma del mercado financiero mundial que tenía el propósito de facilitar el acceso al crédito, especialmente en América Latina.
Ataque frontal además de Díaz-Canel contra Estados Unidos, el sistema financiero global y el bloqueo económico. Rechazó también la decisión de Washington de mantener la isla en la lista de los países patrocinadores del terrorismo. “El Gobierno de Estados Unidos se empeña de desestabilizar a nuestro país y destruir la revolución cubana”, tronó Díaz-Canel.
Llamó a reestructurar la arquitectura financiera internacional. Pero lo vinculó a evitar que se reproduzca un esquema de “colonialismo moderno”.
Criticó lo que denominó las “burbujas del capitalismo financiero” y exigió la eliminación de la deuda externa.
Dejó bien claro en Santo Domingo que es indestructible hoy por hoy el eje revolucionario de Cuba con Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Señaló además que todos estos países estám “sometidos a constantes intentos de desestabilización”.
Sólo Díaz-Canel cedió en Santo Domingo a la llamada de los presidentes de República Dominicana y de Costa Rica a favor de una movilización internacional en apoyo de Haití.
A destacar frente a la posición de Díaz-Canel, la respuesta de Gabriel Boricde condenar la dictadura familiar de Ortega y Murillo en Nicaragua. Y la llamada a la conciliación del presidente de Argentina, Alberto Fernández.
“Somos todos pasajeros en el mismo barco, tenemos todos un destino común, nadie se salva solo”, sentenció Fernández.