Nueva York no fue una excepción cuando llegó Uber aunque la protesta no alcanzó las dimensiones de las capitales europeas, desde Londres a Barcelona, Madrid y Milán.

¿Qué es Uber? Este sistema fue inventado en 2010 por dos jóvenes norteamericanos aficionados a la informática, Garrett Camp y Travis Kalanick. Su nombre original era UberCab, pero las protestas del sector de los taxistas en Estados Unidos obligó a eliminar Cab (Taxi, en inglés). Über es un prefijo de origen alemán, cuyo significado ("por encima de" o "más allá de") es fácil de recordar ya que constituye el comienzo y el estribillo de la primera estrofa del antiguo himno alemán: Deutschland, Deutschland über alles (Alemania, Alemania, por encima de todo). En inglés, el prefijo pierde la diéresis y se emplea a menudo para nombrar a alguien o a algo que tiene un valor por encima de lo corriente.

Uber está valorada en 18.000 millones de dólares, 13.000 millones de euros, y posee inversores tan poderosos como Google o el banco Goldman Sachs.En la actualidad, su servicio está disponible en ciudades de casi 40 países: a España llegó el pasado mes de abril pero de momento sólo está disponible en Barcelona.

Para integrarse en la plantilla de Uber, basta con tener coche propio con su correspondiente seguro además del carné de conducir en regla, lo que contrasta con las duras pruebas a las que se someten los taxistas profesionales para obtener su licencia. En los foros de usuarios, éstos defienden el servicio por su rapidez, comodidad y precio e incluso llegan a invocar criterios medioambientales señalando el ahorro generado al compartir vehículo. Sin embargo, las asociaciones de taxistas califican esta prestación de intrusista y de economía sumergida, recordando que los conductores no pagan impuestos.

Una fuerte polémica

Por lo pronto en Europa estalló una dura polémica y protesta para denunciar la existencia de servicios como Uber o Blablacar -como explicó Hechos de Hoy-, que permiten mediante una aplicación de móvil localizar conductores dispuestos a hacer de taxistas aunque no dispongan de licencia para ello. Barcelona es la única ciudad española donde, por ahora, Uber está operativo.

El sector del taxi insiste en que los conductores que ofrecen sus servicios en Uber para trasladar a particulares ni pagan impuestos ni tienen seguro ni licencia para ello. Lo consideran intrusismo y competencia desleal. Han reclamado que se evite la competencia de las redes sociales, aplicaciones de móvil y foros que ponen en contacto al propietario de un coche dispuesto a hacer un trayecto con personas que comparten el mismo destino.

Sin embargo, tanto la Administración como las empresas del sector se encuentran con que las concesiones o licencias de taxi pierde valor cuando los usuarios recurren a medios privados más económicos. Frente a la huelga y la protesta, Uber afirmó unque "sólo pretenden mantener el sector en un estado inmovilista y cerrar las puertas a nuevas alternativas al consumidor".

De nuevo estamos ante el fenómeno de Internet y su expansión que afecta a las nuevas tendencias de consumo. El sector del taxi tendrá que buscar fórmulas para adaptarse a una realidad cambiante. Bruselas, sede de la Comisión Europea, consideró por su parte que llegó el momento de regularizar el transporte no profesional pidiendo abrir un diálogo para solucionar la convivencia del taxi con los nuevos modelos de transporte.

Con acierto, la ministra de Fomento, Ana Pastor, 
rechazó convocar una mesa de negociación con los sectores afectados reclamando al Gobierno de la Unión que aclare la normativa y establezca una regulación común para atajar el conflicto. Por su parte la responsable europea de Agenda Digital, Neelie Kroes, avisó del riesgo que supone desaprovechar el auge de estas nuevas tecnologías. "Ha llegado la hora de afrontar los hechos: innovaciones como Uber están aquí para quedarse. Tenemos que trabajar con ellas y no contra ellas", subrayó.

La comisaria se refirió así a las nuevas herramientas como Uber, Blablacar, DJump, Taxipal, Taxify o Hailo . "No podemos criminalizar a toda una clase de ciudadanos o alejar a los turistas de lugares que necesitan ingresos en aras de proteger a unas cuantas industrias que creen que pueden quedar al margen de la revolución digital", insistió. La protesta ante la llegada de Uber es un conficto que ilustra sobre las tecnologías, el cambio que llegó y la expansión de Internet y el vuelco profundo que ello supone. La respuesta, además, s´´olo está en manos de la gobernanza europea.