Al presidente del Gobierno le pasó de todo. Primero, la evidencia de que el miércoles se podría vivir una tormenta sin precedentes, en su ausencia, en el Pleno del Congreso de los Diputados. No quiso tentar la suerte de que pudiera producirse una dimisión en directo desde su escaño, con el añadido del ministro de Justicia abandonando la Cámara.
Las sorpresas no cesaron. Crisis en canal en RTVE tirando la toalla Leopoldo González-Echenique. Luego el respingo ciando le dijeron que en Twitter apareción un tuit de la Agencia Efe sorprendente: #Rajoymariquita condena el asesinato del ciudadano francés y envía las condolencias a Hollande. Efe Noticias se disculpó -las malas pasadas que juega la tecnología- y el presidente lo agradeció y lo aceptó. Pero el ambiente de rechifla en las redes fue de traca. Como no hay dos sin tres, vivió la noticia de la convocatoria en prime time de Artur Mas para firmar la ley de consultas.
Como telón de fondo no estuvo mal para un viaje económico a China en el que Mariano Rajoy cubrió todos sus objetivos. En su visita a la Ciudad Prohibida de Pekín y su paseo por un tramo de la Gran Muralla se mostró distendido. No hubo necesidad de la firma digital ni de un Consejo de Ministros extraordinario en su ausencia. El que será un momento relevante lo presidirá personalmente. El sábado por la noche regresa a Madrid. Antes de hacerlo aseguró que está "totalmente tranquilo".
Sobre los escenarios que se van a abrir, en la Moncloa, según informaciones de Hechos de Hoy, se apunta a elecciones anticipadas en el primer tramo de 2015. Sobre esta crisis, el presidente mantuvo un encuentro con Pedro Sánchez antes de su viaje a China. Muy probablemente voverá a hablar con el secretario general del PSOE y mantendrá una línea abierta con Felipe González. Su relación con el expresidente, y es una de las novedades políticas, es muy fluida en estos momentos.