España logró el segundo oro olímpico en fútbol de su historia en los Juegos de Paris 2024, al vencer (3-5) en la prórroga a la anfitriona Francia en el Parque de los Príncipes con dos tantos de Sergio Camello que vengaron, cuarenta años, después la derrota en la final de la Eurocopa con aquel fatídico error de Luis Miguel Arconada.
Ese segundo campeonato en los Juegos, al margen del lejano logrado en la inolvidable e histórica cita de Barcelona’92 y sus 22 medallas, tuvo más suspense del previsto, pero encumbró a Fermín López en un verano soñado para el centrocampista blaugrana después de conquistar, junto con Álex Baena, la Eurocopa de Alemania.
López y Baena pasaron a engrosar el libro de la historia del fútbol, pues ya son los únicos jugadores, junto al francés Albert Rust, suplente de Joel Bats en aquella final del 27 de junio de 1984, que pueden presumir de haberse colgado un oro en la Euro y los Juegos en un mismo año.
La gloria olímpica no fue una empresa fácil para el grupo de Santi Denia, que nadó contra corriente en un ambiente hostil. La anfitriona, que ambicionaba igualmente ese oro que unir al de Los Ángeles’84, ejerció de eso, y les avasalló en los primeros diez minutos, en los que el control y las ocasiones fueron de los pupilos de Thierry Henry.
En cambio, el gol llegó en un mal despeje de Baena que acabó en los pies de Millot y su disparo acabó en el 1-0 en el minuto 11 después de un error de Tenas. El meta español se anguló en exceso y su desvío acabó en la red en un borrón que emuló a aquel remoto de Arconada en la falta anotada por Michel Platini.
Lejos de dejarse amedrentar España tuvo un arranque de furia y en diez minutos volteó el partido. Un inspirado Fermín remató de primera una asistencia desde la derecha de Baena para igualar (1-1), primero, y para adelantar después (1-2) al remachar un rechace de Guillaume Restes a disparo de Abel Ruiz del minuto 18 al 25.
Un cabezazo del ariete del Crystal Palace Mateta, un incordio para los centrales Eric García y Pau Cubarsí, en un saque de esquina fue la respuesta francesa a la remontada hispana. El remache lo puso Baena, con un golpe franco de Baena que sorteó la barrera y entró junto al poste derecho de Restes.
Tenas se resarció con una parada a bocajarro de Mateta en el tramo final de la primera parte en la que los locales embotellaron a España, que aguantó el tipo, chut peligroso de Olise, uno de los jugadores franquicia de les Bleus, incluido para llegar al intermedio con una ventaja ilusionante.
Camello sentencia en la prórroga
Sin nada que perder Francia se echó encima del área de Tenas. Un remate al larguero de Koné en el inicio de la segunda parte fue el prólogo del acoso local, del que no se desperezó una España que perdió el control de la primera parte y a la que pareció que se le había olvidado jugar al fútbol.
Santi Denia sacó del campo al MVP Fermín López poco antes de que Francia recortara en una falta, a priori, inofensiva que se envenenó y que Akliouche embocó (2-3) en la portería de un Tenas salvador en los minutos anteriores a poco más de diez minutos para un final en el que todo enredó.
Un ocasión de Sergio Gómez, en el 88, que cruzó en exceso pudo evitar lo que vino después. Un penalti pitado por el brasileño Ramón Abatti tras consultar el VAR por un agarrón de Miranda a Kalimuendo lo aprovechó Mateta para forzar la prórroga en medio de un Parque de los Príncipes enloquecido.
Turrientes envió su disparo al larguero poco después, pero la fortuna le fue esquiva a España, que se vio igualar una final que había sido un monólogo en la primera parte hasta que se encerró en su área para defender la renta.
España recuperó su fútbol de toque en medio de la tormenta. Adrián Bernabé asistió a Sergio Camello, quien, con una vaselina sutil, silenció en el minuto 100 a la hinchada francesa mientras hacía una ola global que removió los 46.000 asientos. Otro pase con la mano de Tenas sentenció el 3-5 con una cuchara para la historia ya casi al final.
El resto ya fue historia. Ninguno de los internacionales había nacido cuando España logró aquel oro en Barcelona’92. Aquellos jóvenes como Ferrer, Solozábal, Guardiola, Luis Enrique, Alfonso y Kiko que se coronaron en el Camp Nou han dado paso a una nueva hornada liderada por Fermín, Baena y Cubarsí que se tomaron la revancha del balón que se le resbaló a Arconada en el mismo escenario.