Pedro Sánchez, con su mayor desprecio y en su versión más populista, radical y trumpista, anunció que subira los impuestos “a quienes tienen dinero en el banco para vivir cien vidas”.
El presidente del Gobierno convirtió su conferencia de arranque del curso político en un mitin del PSOE con ataques contra las comunidades gobernadas por el Partido Popular, principalmente la Comunidad de Madrid.
El odio y resentimiento de Sánchez conra Ayuso
Para tapar el cupo catalán, Sánchez atacó sin piedad a Ayuso en choque frontal y total- Mostró su odio personal y resentimiento por sus éxitos, su popularidad y el cariño que recibe, indicaron analistas políticos a Hechos de Hoy.
“Las autonomías gobernadas por la derecha no han dedicado sus recursos a los ciudadanos, los han dedicado a aumentar los contratos de unas pocas empresas con nexos familiares y a financiar sus regalos fiscales a los de arriba. Pongamos de nuevo el caso de la Comunidad de Madrid“, el ataque directo de Sánchez a la presidenta Isabel Díaz Ayuso.
Acusó a la presidenta de implementar una “agenda neoliberal contraria al interés de la mayoría”.
“Mercancías frente a derechos. Nosotros creemos que la formación, la salud y la dignidad de las personas no son negocios y no puede depender del código postal o del dinero que tengan en el banco. El Estado del Bienestar ha empezado a recuperarse de los tijeretazos, hay muchos servicios públicos que siguen saturados, listas de espera inaceptables y algunos servicios con una calidad que no está a la altura”, insistió Sánchez.
Demunció que la receta de la presidenta es la de “bajar los impuestos a los ricos, dar más contratos públicos a las grandes corporaciones y mientras recortar los servicios, los recursos y los derechos”.
Respuesta de la presidenta
“Incapaz de hablar nada positivo sobre su gestión, incapaz de hacerlo desde la sede del PSOE, utiliza las instituciones de todos para, mintiendo, justificar el robo que planea a Madrid y la ruptura del modelo territorial a la medida de sus socios secesionistas“, la respuesta de la presidenta en las redes sociales al ataque de Sánchez desde la sede del Instituto Cervantes en Madrid.
La presidenta ha insistido en denunciar a Sánchez al planear un “robo” a Madrid y la “ruptura” del modelo territorial “a la medida” de ERC, tras el pacto con el PSOE sobre una financiación singular para Cataluña.
Sánchez también ha acusado al gobierno de la Comunidad de Madrid de derivar “1.000 millones de euros a la sanidad privada”.
Por su parte la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute, ha señalado que los ataques de Sánchez son “una cortina de humo”. Fátima Matute sostiene que es “mentira” que estén “invirtiendo más” en la Sanidad privada y que hayan “invertido en recursos privados respecto en los públicos”. “Tenemos unos hospitales de gestión directa y otros de gestión indirecta y, desde luego, incluso en esta titularidad pública hemos invertido más en nuestros hospitales de gestión directa. He de decir que no hemos derivado recursos a la Sanidad privada. He de decir que a diferencia de lo que hacen otras comunidades autónomas, el gasto en Sanidad privada es desde luego un aumentado. Tenemos una inversión de un 11% en Sanidad privada, al contrario como por ejemplo que en Cataluña que llega a derivar un 23%”, ha puntualizado.
“Lo que nos critican a nosotros, pues ellos lo están haciendo”, ha apuntado en una comparecencia al finalizar la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. Ha recalcado que está “indignada” con las palabras de Sánchez, “que ha utilizado un acto público para ir en contra de la Comunidad de Madrid y, en concreto, contra la Sanidad”.
“En este Gobierno lo que somos es transparentes y damos explicaciones. Lo que le tenemos que decir al presidente del Gobierno es que en la Sanidad madrileña y en todos los recursos que utilizamos en la Comunidad de Madrid, lo que hacemos es mirar por la eficiencia y, desde luego, apostamos por el servicio público”, ha subrayado Fátima Matute.
La consejera de Sanidad ha recalcado que ellos no están en contra de la colaboración público-privada porque, a su juicio, creen “que es necesario”, pero siguiendo “unas reglas y unas normas del juego bien establecida» y con el control «del gasto que se hace euro a euro”.