Em los hechos de hoy, de este domingo 8, el mundo volvió a conocer los mismos episodios -en otras circuntancias pero con el mismo dramatismo- que rodearon las caídas de Saigón y Kabul.
La salida precipitada de Bachar el Asad de Damasco (envuelto en todo tipo de rumores e informacions contradictorias) puso fin de forma dramática a la reconstrucción política de la región –Oriente Medio– desde la derrota y final del Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial.
En la actualidad, Siria comparte fronteras con Turquía por el norte, con Irak por el este, con Israel y Jordania al sur, y con Líbano y el mar Mediterráneo por el oeste, pudiéndose ver desde sus costas a lo lejos la isla de Chipre.
Siria tiene una población de 17,5 millones de habitantes, la mayoría de ellos hablan árabe y profesan la fe islámica, siendo el suní el grupo mayoritario. Entre los musulmanes no suníes en Siria están los alauitas y chiíes. Además, existen minorías de las etnias asiria, armenia, turca y kurda junto a miles de refugiados palestinos. Y existen además minorías cristianas. Pero todo se halla hoy en un estado de destrucción.
El Estado moderno sirio emergió como un Mandato francés y representó el Estado árabe más grande que nacía del Levante tras el fin del Imperio Otomano. El 24 de octubre de 1945 obtuvo su independencia aunque las tropas francesas no se retiraron del todo hasta abril de 1946.
Entre 1949 y 1963, Siria vivió bajo una cadena de levantamientos, golpes y revueltas. Entre 1958 y 1961 el país formó con Egipto la República Árabe Unida, pero su existencia efímera terminó con el golpe de Estado de Siria en 1961. Después del Referéndum constitucional de Siria de 1961, se constituyó la República Árabe de Siria aunque hasta el golpe de 1963 el país se mantuvo en la inestabilidad.
Desde el 8 de marzo de 1963 hasta el 17 de marzo el Partido Baaz Árabe Socialista gobernó el país bajo el estado de emergencia. Desde 1970 la presidencia de Siria ha sido ejercida por miembros de la familia Asad, el primero el general Hafez al Asad (Asad padre), jefe de Estado desde 1970 hasta 2000, la personalidad carismática, cruel, sanguinaria y lúcida de la Siria moderna.
El 10 de junio de 2000, Asad padre murió a los 69 años en un hospital de Damasco. Fue el final de un liderazgo personal que Kissinger valoró por su sagacidad y templanza.
Pero su muerte marcó el final de un mandato convulso.
Robert D. Kaplan -analista político y corresponsal de The Atlantic, en la lista de los Top 199 Global Thinkers-, auguró el final de Siria tras la muerte de Asad padre y siempre puso en duda la capacidad de Bashar al-Asad para liderar el pais e integrarlo en la escena de Oriente Medio.
Entre 2000 y 2024, el mandato de Asad ha estado marcado por el caos, una salvaje guerra civil, una brutal represión y la fractura del país.
Hoy, las guerras de Ucrania, Gaza y Libano han precipitado todo.
¿Dónde estuvo Asad hijo? Existieron dos versiones. La primera le situaba en viaje a Moscú para reunirse con su familia. La segunda apuntaba a que su avión fue abatido al intentar abandonar el país.
No se volvió a saber de Asad desde que las milicias de la coalición liderada por el Comando de Operaciones Militares (COM) que dirige Abu Mohamed al Jolani, anunciaron que Damasco había sido liberada. El sábado, mientras las milicias rodeaban Damasco, la CNN informó que Asad no se encontraba en ninguna parte de la ciudad.
Una fuente cercana al COM dijo a la CNN que el presidente derrocado había abandonado Damasco bajo protección rusa. Habría viajado a Latakia, en el noroeste de Siria, donde Rusia tiene una base aérea.
Los datos de seguimiento de vuelos mostraron a la vez que un avión despegó del aeropuerto de Damasco poco antes de las 2 de la madrugada del domingo, hora local, en dirección a la costa, antes de dar un giro repentino sobre la ciudad de Homs y desaparecer del mapa. La CNN no puede confirmar si Asad estaba en ese vuelo.
Según apuntaron analistas de inteligencia a Hechos de Hoy, Asad jugó con fuego. Apuró hasta el último momento su fuga de Damasco. Se arriesgó a que su avión, en sus intento de volar primero al sur y luego al norte, pudiera haber sido derribado.
A última hora de este domingo, el Kremlin confirmó el asilo político a Asad en Moscú. Atención a que Vladimir Putin ha concedido asilo a un líder cuyo ejército es responsable de 200.000 muertes. Su esposa Asma y sus tres hijos abandonaron Siria rumbo a Rusia la semana pasada. The Wall Street Journal lo confirmó citando a funcionarios sirios y árabes.
Atención al primer desafío para António Costa, Ursula von der Leyen y Kaja Kallas.
Preguntas urgentes para la Unión Europea. ¿Quiénes son realmente los nuevos gobernantes? ¿Con qué radicalidad gobernarán Siria los islamistas y yihadistas en el futuro? ¿Qué pasará con las minorías, los cristianos y los kurdos?
La Unión Europea no debería volver a cometer el error y dejar Siria en manos de déspotas y organizaciones terroristas extranjeras. Europa y Estados Unidos deberían ejercer influencia sobre los nuevos gobernantes para que no estalle una nueva guerra civil.
No puede ni debe volver a repetirse una segunda diáspora. Es responsabilidad de la Unión Europea, y de una iniciativa común de Occidente, trabajar para la pacificación y estabilidad de una nueva Siria que probablemente puede renacer fraccionada. Si Trump cree que no es misión para Occidente, Europa debe asumir con responsabilidad, solidaridad y decisión esta tarea. Es vital para Oriente Medio, la paz, y el futuro de Israel, y el camino para construir unas estructuras políticas para Palestina.