La fiscalía de Düsseldorf informó este viernes que Andreas Lubitz, el copiloto que presuntamente estrelló deliberadamente el avión de Germanwings en los Alpes franceses, tenía un certificado médico de baja por enfermedad, que había roto y ocultado a la empresa, así como otros documentos que demuestran que estaba en tratamiento. Negó sin embargo, que la Policía hubiera encontrado en su casa una carta de despedida.
Según medios alemanes, Andreas Lubitz además rompió unos días antes de la tragedia una difícil relación con su novia. Se espera ahora que su ordenador personal arroje más luz sobre qué páginas seguía, en qué foros participaba y revelaciones sobre su correspondencia electrónica.
El Gobierno de Angela Merkel ha asegurado que por el momento no hay ningún indicio sobre una motivación terrorista. El portavoz del Ministerio de Interior, Johannes Dimroth, realizó estas declaraciones en un encuentro con medios de comunicación en Berlín. "Hasta el momento, no hay ningún indicio de motivación en ese sentido", aseguró el portavoz.
Dimroth ha explicado, no obstante, que en esta investigación -como en todas- se estudia en todas direcciones, también en la línea de una motivación terrorista, aunque sólo sea para poder descartarla totalmente. Por el momento, ha agregado, los datos recabados por la policía alemana no han aportado nada que permita avanzar en esta dirección, lo cual tampoco significa que esta línea de investigación se haya cerrado del todo.
En Alemania, como ha venido destacando Hechos de Hoy, la situación es de consternación nacional con un golpe a la reputación, imagen y dignidad del país. En ese sentido, la canciller, Angela Merkel, está devastada por el asesinato colectivo, el daño irreparable a las familias de las víctimas. Para las compañías Germanwings y Lufthansa supone un golpe letal también para su proyección, sus protocolos de seguridad y el prestigio de sus tripulaciones. La investigación sigue abierta en todas las líneas.