Fue un asesinato pero no un atentado terrorista. Había presión sobre la comisión de investigación para que se avanzara muy rápidamente.

La filtración a The New York Times por parte de fuentes militares vinculadas a la encuesta apuntó a ello. Pudieron ser fuentes francesas y no norteamericanas quienes filtraron lo que en pocas horas quedó corroborado.

En el ambiente flotó desde el primer momento la posible infiltración de ISIS (Estado Islámico de Irak y el Levante). El avión había despegado de Barcelona. Nadie quiso que hubiera poco rigor y especulaciones. Es la otra historia paralela al dolor de familias rotas, mucho más desoladas al saber que existió un asesino.

Reacción de horror

La misma reacción de horror en París, Berlín y Madrid al confirmarse que copiloto estrelló voluntariamente el avión de Germanwings en los Alpes franceses. El fiscal encargado de la investigación aseguró que el comandante abandonó la cabina y que el copiloto accionó el botón para descender.

Fueron fuentes militares de la investigación las que revelaron a The New York Times que se había producido una crisis entre los pilotos. Posteriomente, el fiscal de Marsella, Brice Robin, al frente de la investigación confirmó lo que Angela Merkel calificó como "un crimen". Francia pidió auda al FBI ante el giro total en la investigación.

Según el fiscal, el copiloto accionó de manera deliberada el descenso del avión, impidió al comandante volver a la cabina y estuvo vivo hasta que se estrelló el vuelo de Germanwings. Aseguró que del audio de una de las cajas negras se deduce que el copiloto, identificado como Andreas Lubitz, alemán de 28 años, tenía la “voluntad de destruir el avión”.

Al mismo tiempo reconstruyó lo sucedido en el Airbus A320. La conversación entre el comandante y el piloto fue normal durante los primeros 20 minutos del viaje. Después, cuando el comandante verificó el plan de vuelo previsto hasta el aterrizaje en Düsseldorf, el copìloto le contestó con respuestas "lacónicas, breves". A continuación, el comandante "pidió al copiloto que tomara al mando" porque iba a salir de la cabina.

Posteriormente, se escuchó un ruido, que identificó con el de un asiento que se echa para atrás, y la puerta que se cierra. El copiloto, dijo el fiscal, "aprovechó" esa ausencia del comandante para "manipular el botón de pérdida de altitud".

Una vez cerrada la puerta y asumidos los mandos, el copiloto ya no pronunció ni una sola palabra en los últimos diez minutos de grabación. No respondió a las llamadas del comandante para que le abriera. Tampoco contestó a los controladores que le advertían del inesperado y extraño descenso del avión.

El fiscal sostuvo que el copiloto fue quien manipuló y accionó "de forma voluntaria" el descenso. Después, "se escuchan llamadas del comandante, por el interfono, identificándose, pero sin recibir respuesta del copiloto". "Su respiración, en apariencia al menos es una respiración normal", dijo para explicar que permaneció vivo hasta el último momento.

"Los gritos de los pasajeros solo se oyeron en el último momento", señaló el fiscal, quien señaló que la muerte de los 150 ocupantes de la aeronave fue "instantánea". 

La personalidad de Andreas

Andreas Lubitz, alemán, de 28 años trabajaba para Germanwings desde septiembre de 2013. Su familia reside en Montanaur, pequeña localidad del estado federado de Renania Palatinado que apenas tiene 12.500 habitantes. El vivia en Düsseldorf.

Según el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, interrumpió su formación durante un tiempo, pero "era cien por cien apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad". Un periodista de Der Spiegel contó en Twitter que el paréntesis en su formación durante 2009 se habría debido a una depresión o colapso por estrés.

Nacido en Montabaur, se formó en Bremen tras un periodo en Phoenix que contaba con una experiencia de 630 horas de tiempo de vuelo en un Airbus A320. Anteriormente trabajó en la escuela de aviación civil de Lufthansa.

Es un profundo misterio lo que rodea a la personalidad de Andreas Lubitz. No fue un atentado terrorista. No estalló una bomba ni el avión fue atacado. Pero hay en cierta manera un hilo conductor con el ataque a las Torres Gemelas. El copiloto actuó como un kamikaze. Con su acción quiso asesinar, de manera fría y siniestra, a toda la tripulación y los pasajeros.

¿Lo hizo por motivos personales o políticos? 

Existen tres antecedentes en la reciente historia de la aviación. ¿Se puede hablar del eslabón maldito?

– El MH370. El desaparecido vuelo de Malaysia Airlines sucedido en el 8 de marzo de 2014. El Boeing 777 desapareció en Índico Sur. Fue un acto deliberado según la investigación oficial. Pero nunca se pudo probar nada. Se vivió, como informó Hechos de Hoy, la mayor misión de rescate internacional Quedó sepultado en el fondo movedizo del llamado desierto del Índico Sur.

– El vuelo de EgyptAir 990 se estrelló en el Atlántico en 1999. El piloto, antes de estrellar el aparato, anunció su decisión. "He tomado mi decisión ahora, pongo mis destino en manos de Dios". Fue el registro de su acción letal para todos los pasajeros.

– También la investigación determinó que el piloto del vuelo 185 de Silk Air se estrelló intencionadamente el 19 de deciembre de 1997 en un río cerca de la ciudad indonesia de Palembang.

– El 29 de noviembre de 2013, el vuelo 470, un avión Embrear ERJ 190 de Mozambique Airlines, se estrelló en Namibia. Las cajas negras revelaron que el piloto, Herminio dos Santos Fernandes, se encerró en las cabina, ignoró las señales de emergencia y no autorizó al copiloto a regresar a la cabina. Momentos, después el avión se estrelló.