La Palma amaneció con el penacho de la erupción generando ondas de gravedad en la atmosfera en el noveno día desde que comenzó la erupción del Cumbre Vieja. Según los expertos, la erupción ha pasado de ser estromboliana a ser hawaiana, lo que significa que hay menos explosiones, pero la lava es más fluida y corre más veloz.
Tras una noche infernal, con la nueva lava avanzando sobre la anterior capa en su lento y destructivo viaje hacia el mar, el volcán despertó cubriendo todo de una espesa capa de ceniza negra. Se ha pedido a la población que salga solo para gestiones imprescindibles y que si sale, debe protegerse con gafas, masacarilla y manga larga. También conviene taparse la cabeza.
La lava sigue saliendo con fuerza del cono central, En su avance a 100-150 metros por hora, la colada se encuentra ya muy cerca de Tazacorte. Tras la virulenta erupción durante toda la noche, la lava ya cubre un total de 260 hectáreas y ha destruido unas 600 edificaciones.
Las ayudas más urgentes
La Palma necesita ayuda urgente para hacer frente al drama que se vive en la isla y el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Derechos Sociales permitirá la inyección de dos vías económicas principales tras la declaración de zona catastrófica.
Por un lado, para que el Gobierno canario compre 107 viviendas de titularidad pública o privada. Las casas tienen que estar en condiciones para ser ocupadas de forma inmediata por las familias afectadas. Por otra parte, ayudas y el envío de 5 millones de euros para la compra de bienes de primera necesidad.
Para el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, la reconstrucción social y económica en La Palma cuando acabe la erupción volcánica "es un reto tremendo", probablemente el más importante de las islas en las últimas décadas, y por ello, ha avisado de que "lo peor está por venir" porque hay muchos daños económicos y sociales.
Involcán alerta
Para el caso que finalmente la lava se precipite al mar, el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) ha explicado que "en el encuentro de la lava, con una temperatura superior a los 1.000ºC, con el mar a unos 20ºC, se produce un choque térmico que genera columnas, también llamadas penachos, de vapor de agua cargados con ácido clorhídrico (HCl) como consecuencia del importante contenido de cloruro (Cl-) en el agua de mar".
En los municipios aún habitados, y que se encuentran a unos tres kilómetros, se urge a cerrar puertas y ventanas lo más herméticamente posible y poner en las rendijas toallas húmedas.