El Rey Felipe VI pidió este domingo, en el 25 aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, que el espíritu de Ermua no caiga en el olvido.
"No nos podemos permitir que haya generaciones que ignoren lo que pasó en esos dolorosos días de nuestra historia; que no sepan cómo y por qué unió nuestra conciencia colectiva; que desconozcan algo que también contribuyó a asentar nuestra convivencia o el masivo movimiento que hubo en España tras un asesinato que marcó tanto nuestra vida democrática", afirmó el Rey en su discurso.
En un acto en el polideportivo de la localidad vizcaína, que lleva el nombre del concejal asesinado por ETA, el Rey recordó que el 14 de julio de 1997, al día siguiente de la muerte de Miguel Ángel Blanco, viajó a Ermua.
Era entonces Príncipe y tenía 29 años, la misma edad del asesinado. Fueron unos días "imposibles de olvidar". "Todos estuvimos con su familia; todos fuimos nos sentimos una misma familia", afirmó el Rey.
"Sigamos perseverando para que lo vivido no caiga en el olvido; para que la unidad nos convoque en torno a nuestra historia reciente; para que el espíritu de Ermua nos recuerde, cada día, el valor de la paz, de la vida, de la libertad y de la democracia".
"Las víctimas del terrorismo dignifican nuestra democracia. Su dolor y el de sus familias nos importa y nos concierne. Por eso merecen permanentemente nuestro respeto y nuestra máxima consideración", subrayó muy especialmente el Rey.
Describió al espíritu de Ermua como "la victoria de la conciencia colectiva. Es la victoria de la dignidad y de la moral frente al miedo y al terror".
Gritos de "Viva el Rey" al final de su intervención. Sus palabras fueron escuchadas en primera línea por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el lehendakari, Iñigo Urkullu: y el líder de la oposición, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Fueron tres primeros en ser saludados por el Rey a su llegada al acto.
Al comienzo, el Rey conversó con Marimar Blanco, hermana de Miguel Ángel, el concejal asesinado. Fue el Rey quien paró los pies al alcalde del PSOE para permitir que Marimar Blanco se expresara con toda libertad en este importante acto.
